Foto: E. Fernández
Cuando los grises repartían
ostias por la calle para alimentar el silencio que rugía en los estómagos, mis
abuelos compartían una casa con otras familias y elaboraban el menú a base de
racionamiento y cartillas en blanco y negro.
La gente se mantenía con una sopa de piedra y se calentaban alrededor de las historias que servían de entremeses como guarnición
sin colorantes de la vida.
Vivir era cogerse de las manos vacías para compartir los sueños. Ahora que todo es pálido y los colores se desgatan
con tijeras, mis manos son la única
herencia que me permiten recordar que estamos juntos.
16 comentarios:
Muy duro tu post de hoy, pero real y contundente. Recuerdos que
arañan vida que vomitan injusicia y que recuerdan el pan duro i miserias inconfesables.
Un fuerte abrazo Encarni.
Pura realidad que da escalofrio; los deseos actuales, se unen en un solo proposito que desembocan en la visión de avanzar y no ver jamas ni de lejos esta situación dramatica vivida por nuestros abuelos.
Que no acaben también con nuestros sueños... Saludos
Muy bueno. No sabía yo que podías escribir asi. Me gusta casi todo. Sabes que para mi sobra una palabra.
Un beso.
Encarni, las manos vuelven a estar vacías, cada vez más manos están vacías, sin embargo, como antaño, a esas manos vacías no han conseguido quitarle aún la capacidad de estrechar otras manos para compartir sueños. ¡Quieres estrechar las mías?.
Un fuerte abrazo.
Que tiempos tan tristes nos dejas en tu relato. Y hoy día, hay cosas y vivencias que destilan la misma tristeza de entonces.
bss.
Y muchos yya así, otra vez.
"El más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta."
(García Lorca)
Mientras podamos mantener la esperanza los sueños no serán imposibles.
Un fuerte abrazo Encarni y....muchas gracias por tus cariñosas palabras en mi blog, espero que nos veamos pronto
Siempre hay un miembro de las familias que hace pilar, amiga mía.
La realidad es muy distinta a lo que dicen esos que se llenan la boca hablando de la memoria histórica.
Mi padre me enseñó una canción muy similar a tu escrito. Gracias.
Un abrazo.
La desmemoria de algunos que no quieren ni oír hablar de nada que tenga que ver con el daño causado a los otros, dicen que en una guerra todos pierden, pero parece claro que unos pierden más que otros.
Gracias por recordar.
Besos amiga.
No recibiste mala herencia, Encarni. Saber sacar partido de lo que se tiene es un arte que pocos saben utilizar. Ahora pretenden dejarnos de nuevo sin colores, ni sueños, ya veremos en un futuro (espero que cercano) en qué se convertimos la herencia recibida.¿Seremos capaces? No me apego demasiado a la esperanza, que me han dicho que es traicionera.
Abrazos.
Creo que estamos volviendo a esas manos vacías y parece que los de arriba no se enteran ,o no quieren enterarse....
Y es poco, como herencia esas manos. Manos que acarician, manos que soportan, manos abiertas siempre y manos fuertes que trabajan, sin que se les caiga los anillos.
Bellísimo Encarni.
Besos.
Querida Encarni, estas palabras llegan hondo por su contenido y por la forma poética con que las has enlazado.
Palabras que calan hondo y me acercan a tí, hoy mucho más.
Besos y Felíz Navidad. Tus manos son especiales, como tu corazón.
La grandeza de la memoria y de las palabras es que siempre regresan para que hacernos recordar todo lo que fue la vida entonces y ahora, por tanto, con estas sensaciones y explicaciones estas ayudando a conocer, recordar y a honrar a todas las personas que sufrieron aquellos años trágicos, terribles y muy desgraciados. Mis padres eran muy pequeños cuando vivieron aquellos años de hambre, miseria y penuria. Lograron salir adelante porque mis abuelos recorrieron gran parte de Andalucía (Córdoba, Sevilla, Huelva, Málaga), Castilla La Mancha y finalmente Extremadura, instalándose finalmente en Badajoz, donde vivo ahora.
Siempre es un placer disfrutar y revivir tus palabras, Encarni.
un fuerte abrazo y te deseo un buen y feliz 2014.
Me ha gustado. Es trágico, real y aplicable, porque hay que aprender lo que nos cuentan, y que pasó ya una vez (por lo menos)-.
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