martes, 30 de agosto de 2011

Un cuento chino y más cuentos...


El sistema tal y como estaba planteado nos había enseñado a ser independientes, a que todo se podía comprar, a que todas las necesidades se cubrían individualmente sin necesitar al vecino o vecina, al compañero o compañera de trabajo, y, si en alguna ocasión necesitábamos ayuda recurríamos a la familia más directa. Nos habían enseñado a prescindir de los demás en multitud de ocasiones, en otras, se valoraba la utilidad de las amistades para conseguir algún favor, eso, entraba dentro del juego. Todos sabemos de los padrinos y apadrinados, lo hemos visto como algo común y hasta normal. La idea de compartir en estos tiempos era un mero valor que se debía de aprender en la escuela, pero que luego no se materializaba o muy poquito. La idea general y extendida hasta el día de hoy es, búscate la vida para bien o para mal. La solidaridad parece ser un valor para pobres.

Todo esto viene a raíz de haber visto la película ‘Un cuento Chino’ protagonizada por Ricardo Darín. En la película el protagonista mantiene una ferretería como buenamente puede, colecciona recortes de periódicos con noticias imposibles y conoce de forma fortuita a un chino que tras una tragedia viaja a Argentina para buscar a su tío. Roberto (Ricardo Darín) lo lleva a su casa hasta que éste encuentre a su tío. No quiero desentrañar la película, pero me llamó la atención del guión, la hospitalidad –algo obligada por otra parte- que el protagonista brinda a un extranjero y la falta de comunicación verbal que existe entre ellos, no así la comunicación no verbal como los gestos, las miradas, el movimiento del cuerpo, etc.

Esto me llevaba a recordar historias de la postguerra que me contaba mi abuelo de cómo compartían las habitaciones de una misma casa. En cada habitación había un matrimonio o familia compartiendo el resto de la casa como la cocina y el baño, compartiendo la comida y las cartillas de racionamiento, los problemas e incluso cierta intimidad que no cubrían los tabiques. Me contaba las reuniones que mantenían alrededor de un brasero y las anécdotas que se contaban, algunas imaginarias, otras verdaderas pero en todo caso para pasar el tiempo.

Después, he recopilado algunas noticias de actualidad tal como hiciera el protagonista de la película, no con el afán de coleccionarlas sino de reconocer en ellas que son tan reales como que; en agosto subirá de nuevo el paro, las hipotecas bajan un 42’4%, el PP se niega a imponer un impuesto para ricos, la nueva ley de residuos obliga a los chatarreros a hacerse autónomos y sacarse un permiso municipal especial, con multas de hasta 4.000 euros si se incumple esta ley. En Sevilla la ordenanza de multar a los gorrillas aparcacoches ha dado un paso más, los que son pillados haciendo este trabajo se le requisará todo el dinero que lleve en los bolsillos.

Entre todas las noticias, me detengo en una que a primera vista parece buena; las empleadas de hogar tendrán los mismos derechos que el resto de los trabajadores del régimen general a partir del 2012.Con la nueva ley, el empleador deberá formalizar un contrato sobre las horas semanales, el precio de esas horas y la cuota a la seguridad social correspondiente que le pertenece como empleador/a.

También, me informa mi hermano que en el poniente almeriense están visitando todos los invernaderos para hacer otro tanto con los sin papeles que trabajan bajo los plásticos, como ya hicieran en la recogida de aceituna en la campaña pasada en Jaén. Yo, que conozco el poniente almeriense, y sé que cuando comenzó la inmigración magrebí a hacer acto de presencia en el sector agrícola éste había sido ocupado mayoritariamente por mujeres y familiares de los agricultores, sé, que al principio aquello de pagar menos por hacer el mismo trabajo fue un chollo hasta que los inmigrantes comenzaron a exigir sus derechos. Y después de valorar todas estas noticias, tengo la extraña sensación de que se está persiguiendo a los pobres, de que se está rebuscando entre la pobreza, entre los contenedores de parados tratando de reciclar algún material humano que sobreviva en esa economía sumergida y poner de nuevo en los escaparates del capitalismo como nuevo mercado laboral. Pero deben ser los nuevos contratos sociales que están emergiendo y que tratan de REFORMAR todo lo que huela a Rousseau.

Por eso, y no por otras cuestiones, necesitamos verdaderos cuentos chinos, como que esta crisis ha pillado al mundo mundial en gayumbos y hay que recortarles el flequillo a los gastos sociales, y por tanto, hay que poner un techo de cristal al déficit y todo esto sin pasar por vicaría. Cierran hospitales, amenazan con cierres las farmacias por impagos y echan profesores/as a la calle porque la cosa está tan mal que no hay dinero para nada, porque se ha gastado todo en rescatar bancos.

Pero aún hay más cuentos chinos, Kiko Arguelles ha de preparar a 20.000 sacerdotes para exportar la cultura cristiana a ese enorme país que es China y tiene más de 300.000 preparados en la línea de salida como el nuevo ejército liberador del laicismo ponderante a nivel mundial. Estamos salvados. En los tiempos que corren hacen falta vocaciones y a falta de ideas el Vaticano copia sus Jornadas Mundiales de la Juventud a esas que formaron en su tiempo la Federación Mundial de la Juventud allá por el año 1945 y de ahí lanzar al sacerdocio a miles de jóvenes con la misión de atajar la crisis de valores que existe. Y yo que pensaba que la crisis era financiera y económica. Y tal vez, como China se está convirtiendo en una potencia competitiva a nivel económico y mundial, la iglesia y sus kikos tengan miras de verdaderos empresarios y estén poniendo las bases del verdadero Camino Neocatecumenal y con ello salvar algunos muebles a la iglesia y al Vaticano.

Y volviendo a la película – ya que recorté bastantes noticias imposibles- vayamos a la idea principal de que el protagonista abre su casa a un desconocido y humanamente le ayuda hasta solventar sus problemas. Me pregunto ¿cuántos de nosotros/as estaríamos dispuestos a abrir nuestra casa, -contando de que al terminar este texto aun tuviéramos una casa donde vivir- a un desconocido? ¿Y a un familiar o conocido?

Para finalizar, recojo una frase que circula por la red: “En el pasado tú eras lo que tenías, ahora eres lo que compartes” de Godfried Bogaard. Esto a nivel virtual queda hasta bonito, cuando se materialice en el mundo real, donde todo duele por la cercanía, no sé hasta qué punto seremos lo que compartimos y si nos quedará algo para compartir.

Esta crisis es la gran vaca que nos ha caído.



martes, 23 de agosto de 2011

El ligón playero.



Al ser mi último día en la playa, decido ir a las nueve de la mañana para pasear por la orilla mojándome los pies, leer un poco y después bañarme. Coloco mi toalla y el libro casi siempre en el mismo lugar, luego recorro un tramo de playa. Hay poca gente; algunos pescadores, algunas personas que han dormido en una tienda de campaña, algunos niños jugando en la orilla con una pelota. Recorro el otro tramo; dos chicas acaban de instalar la sombrilla, otro pescador y un hombre haciendo estiramientos. Decido no interrumpir sus ejercicios y me doy la vuelta. Al rato oigo que alguien me habla desde atrás.

-Hace buen día hoy ¿verdad?- descubro que es el hombre que hacia gimnasia y que me ha alcanzado.

-Sí. Hemos tenido tantos días de viento y olas, que hoy se agradece que esté el mar tranquilo.

- Yo soy de la sierra y me encanta la playa, el mar… - me dice, ya a mi lado. Puedo ver que es un hombre de mediana edad, entre 50 o 55 años, alto, rubio, con el pelo recogido hacia atrás en una pequeña coleta. Tiene los ojos verdes y las cejas también rubias. Su bañador es negro tipo braguita y marcando paquete.

-Entonces has tenido que madrugar mucho para venir. – le digo.

-Yo siempre madrugo cuando vengo a la playa, además, cuando llego, lo primero que hago es bañarme, el agua está muy buena.- Al terminar de decirme esto advierto sus pectorales amplios y sobresalientes del resto del cuerpo, algo que me recuerda a los toros bravos cuando salen a la plaza con fuerza y con brío.- No hay nada como el mar. –Continúa diciéndome- Yo que soy de montaña, que vivo rodeado de campo y me gusta la cacería prefiero venir aquí. Fíjate que hoy me quedo a comer en el chiringuito.

-Yo también tengo el corazón divido. Aunque prefiero el mar. Yo cuando era pequeña fui con mi hermano y mi padre de cacería un día, pero nunca maté nada. Mi hermano sí cazó un conejo, pero yo no puedo. No puedo disparar y matar un ser vivo.

Mueve la cabeza y sonríe, luego me pregunta:

-¿Qué signo eres?

-Tauro.

- No creo mucho en los horóscopos pero con tu signo es lógico que no te guste ver morir a los animales. Eres del mismo signo que mi hija. ¿Tú eres de aquí?

-Sí. Pero ahora vengo de vacaciones.

-¿Y eso?

- Bueno… me casé y desde entonces vengo de visita a ver a la familia.

- Estás casada… pensaba que estabas soltera o divorciada. ¿Tienes niños?

- Sí, una niña.

-Yo estoy divorciado desde hace diez años, tengo también una hija como te he dicho antes, pero la mía es mayor, ya terminó la carrera; es Psicóloga como yo. Pero yo decidí aplicarlo a las ventas. ¿Y traes muchos días?

-La verdad es que hoy es mi último día, ya regreso.

-¿Y has estado mucho tiempo?

-Dos semanas.

-¿Regresas por qué ya te incorporas al trabajo?

-No, trabaja mi marido y hoy nos volvemos. Por eso he decido venir temprano, me he traído un libro de poesía para leer un poco y luego bañarme.

- Yo no compro libros desde hace tiempo. En internet tengo todo lo que quiero leer y hay variedad.

- A mí me gusta traerme libros a la playa y leer.

-Internet es un mundo. – Me sonríe como si quisiera contarme un secreto- Desde que me divorcié tengo una vida diferente. Tengo un montón de amigas.

- Yo creo que la amistad entre un hombre y una mujer no existe.

-Yo te digo que sí. Claro que la línea entre la amistad y el sexo es muy pequeña, se puede pasar de un lado al otro muy fácilmente. Pero yo puedo decirte que sí, que tengo amigas. Sin ir más lejos tengo varias amigas: una es de Madrid, otra es de Valencia, otra amiga que tengo es peruana. La chica ésta, la peruana, se relacionó conmigo y era encantadora; me presentó a su familia por la webcam, pero cuando me dijo que tenía 17 años, no quise hacerle mucho caso.

-¿No seguiste con ella? Si el sueño de todo hombre es tener una ‘lolita’.

- A mi me sobran las lolitas. El problema es que no te las puedes quitar de encima. Yo prefiero las mujeres con las que mantener una buena conversación. El otro día sin ir más lejos, me dijo una chica nada más verme por la playa, que era lo más bonito que veía a buena mañana. Yo pensé que para lo único que me servía aquella mujer era para pasar un rato y nada más. Porque eso lo tengo claro. Mi exmujer lo está pasando mal. Yo también, pero yo de vez en cuando me divierto.

-¿Y cómo sabes con tanta certeza que tu exmujer no se divierte?- quise preguntarle sobre todo para ver su reacción.

-Porque lo sé.

-Tal vez se divierta de otra manera. Mira, para mí, pasear por la playa es una diversión.

-Puede ser, quizá se divierta a su manera. Pero sus diversiones se pueden compartir, las mías no.

-¿No?

-Tengo amigos y cuando hacemos viajes por diferentes motivos yo siempre me divierto. Mis amigos dicen que están casados, que no pueden hacerles eso a sus mujeres. Y yo les digo que sólo es pura diversión. Yo respeto el matrimonio pero que cada uno tenga su espacio. Yo necesito el mío.

- Creo que ya lo tienes. ¿No?

- Así es. Vivir con una mujer que es de signo Cáncer es toda una aventura, porque ella es un signo de agua y yo de tierra; soy Virgo. Y mi mujer no me dejaba espacio, quería aguarme la fiesta siempre. Los signos de Tierra como Virgo, Tauro y Capricornio al ser signos de Tierra son más compatibles entre ellos.

- Es verdad, mi marido es Virgo, y nos llevamos muy bien.

- Yo si tuviera que casarme otra vez, elegiría la misma mujer porque hemos estado casados 32 años.- dice con un poco de nostalgia.

- Eso es toda una vida. Y, si ya tienes una hija tan mayor ¿te casarías muy joven no? Porque si llevas diez años divorciado…

-Me casé con 20.

- Por aquí, por esta zona la gente suele casarse muy joven, es lo normal.

-Oye, que tú me has dicho que eras de aquí, ¿tú también te casarías joven?

-A ver, las mujeres de esta zona -como ya sabrás- se suelen casar por aquí antes de los 20, yo me casé con 25. También era joven pero no tanto.

-Pero si tú no llegarás a los cuarenta.

-¡Claro! y los supero.

-Anda mujer, pues no los aparentas, nadie lo diría, tienes un cuerpo estupendo. Yo pienso que la edad es la que se aparenta y la que se tiene en el corazón.

- A mí nunca me ha importado decir la edad que tengo.

Hubo un silencio en el cual podíamos oír el sonido del mar.

- Voy a bañarme que empiezo a tener calor. –dije

- Yo voy a caminar por la playa y así hago deporte. Venga, te dejo. Hasta luego.

Vi como se marchaba. Después me quité la camiseta y me metí en el agua, nadando con los ojos cerrados mar adentro.
Tenía la corazonada de que cuando saliera del agua volvería a charlar conmigo, luego pensé que me dejaría en paz de lo cual me alegraría, ya que así, podría leer. De todos modos comenzaba a disfrutar del baño, del agua tan limpia, de la serenidad del mar y de los pececillos que nadaban a mí alrededor. Estuve un buen rato nadando y pude verle pasear varias veces por la orilla. Después de salir del agua me senté sobre la toalla a que el sol me secara la humedad. Llevaba poco tiempo tumbada sobre la arena, cuando oí su voz que me hablaba de nuevo frente a mí.

-¿Nos metemos en el agua?- me preguntó mientras yo me reincorporaba.

- Yo acabo de salir, hasta dentro de un rato no me meteré otra vez.

-¿Sabes en qué pensaba mientras paseaba? En el cruce de caminos, en las personas que se cruzan en la vida, en nuestra vida.

-Sí, es curioso. Existe una película que se titula ‘Vidas Cruzadas’ ¿la has visto?

-Sí. –Me mira como si esperara que le dijera algo más pero yo juego con la arena que está fuera de la toalla- Lo más importante de las vidas que se cruzan, son las decisiones que se han de tomar.

-Tomar decisiones siempre es complicado, para tomar una decisión hay que sopesar todos los inconvenientes, valorar todos los pros y todos los contras, y cuantas personas se ven implicadas en esa decisión o decisiones. Yo tengo una amiga que tiene una teoría muy personal, dice que las personas son como espirales y que esas espirales giran alrededor de nuestro momento vital, si existe un cruce entre dos personas, si cada una está viviendo el mismo momento vital entonces habrá afinidad y compartirán la misma espiral, pero si cada una de esas personas vive un momento vital diferente, cada uno tenderá a ir por un camino distinto.

-Y si Dios ha querido que los caminos se cruzaran…

-Uffff, mira yo no creo en dios. Soy atea.- le dije en tono burlón.

-Pero cómo puedes afirmar tan rotundamente que Dios no existe, o cómo puedes decir que no crees en nada. ¿Puedes probar que dios no existe?

- Si me lo pones así yo te diría entonces que soy agnóstica ¿Y tú puedes probar que existe?

-No, pero alguien ha tenido que hacer todo esto: el espacio, las estrellas, los planetas, el mar…

-Alguien no puede ser, porque alguien debe ser persona, y una persona no puede hacer esto.

-Pues algo.

-Pues yo a ese algo le llamo vida, no le llamo dios.

-Pero tanto trabajo te cuesta llamar a quien creó todo esto, Dios.

-Me cuesta, si me cuesta, porque en nombre de dios se han cometido muchos crímenes contra la humanidad. ¿Sabes que existe una obra que se titula Historia Criminal del Cristianismo? Yo no la he leído pero algún día la leeré.

-Este es un tema del que podríamos estar hablando mucho tiempo, algo que en este momento no tenemos, pero me gustaría hablar largo y tendido sobre tu negación de dios.

- ¿Es qué quieres tratar de convencerme?

-Sí. Yo creo que algo ha tenido que crearnos.

- Vale, si dios nos ha creado, ha hecho muy mala obra con nosotros, porque nos ha hecho imperfectos.

-¡Yo soy perfecto!- exclamó entusiasmado.

-Nadie es perfecto, nadie. ¿Cómo puedes afirmar con tanta rotundidad que eres perfecto? Yo no lo soy, no soy perfecta y nadie lo es.

-Yo sí. Porque hago un círculo alrededor de mi vida y en ella no entra nadie que yo no quiera que entre. Yo tengo un amigo medio comunista que siempre trata de hablarme de sus cosas y yo le digo que NO, que no quiero que me hable de comunismo.

-A ver, siguiendo esa misma línea, yo haría otro círculo y te diría que no quiero que me hables de dios, pero hacer ese círculo no me hace perfecta o que mi vida lo sea.

-Fíjate en Alemania que querían hacer una raza perfecta.

-¡Claro! Hitler y compañía. Mira, nada más que por la existencia de los nazis no habría que creer en dios. Que una población se crea superior para asesinar a tantísima gente es para olvidarse de él para toda la vida.

-De dios no fue la culpa.

-Ya, la culpa fue humana. Pues, por eso. Ahí tienes la imperfección humana, si dios es a imagen y semejanza nuestra, dios es imperfecto. Todo esto me lo dices ¿por qué eres creyente?

-Sí.

-¿Con dogma o sin dogma?

-Con dogma, pero no practicante.

-Vaya ¿qué eres cristiano católico?

-Soy cristiano, católico, apostólico y si me apuras mucho soy hasta romano.

-Pues yo estoy en contra de todos los preceptos de la iglesia. Estoy a favor del aborto, a favor de que los homosexuales se casen, a favor de los métodos anticonceptivos… Porque fíjate en África, allí, sí que haría falta una buena planificación familiar y la iglesia y el Vaticano están en contra de la utilización de los métodos anticonceptivos.

-Lo que haría falta es una buena campaña de esterilización.

-¿En África?

-No sólo en África, en todo el mundo, mira China, que van a inundar al mundo de chinos. La tierra está superpoblada.

- Pues tu iglesia dice que hay que tener los hijos que dios quiera, si todo el mundo fuera cristiano católico estaríamos como chinches, vamos, superaríamos con creces la población china. Con la pobreza que hay… Por eso, el Papa viene a España.

-El Papa se merece un respeto porque es el representante de muchos cristianos.

-Ya, también es el representante de dios en la tierra. –Ahora comienzo a ser sarcástica- Sabes lo qué he leído en el periódico, que todo aquél que vaya a Madrid se le concederá el perdón de sus pecados, así que si tienes algún pecado o pecados creo que deberías ir a que te los perdonara y por lo que me has contado tendrás más de uno.

-¿Por qué eres tan mala? Si supieras lo pequeños que somos, no negarías la existencia de dios.

-Pues claro que sé lo pequeña que soy, el sistema también me dice la ínfima importancia que tengo por no tener nada.

-Es que siempre estamos adorando al becerro de oro.

-Vaya, ahí sí que tienes razón, siempre se está adorando, pero en todos los tiempos, incluso la iglesia que tanto critica al becerro de oro, ella misma lo adora, no nos engañemos. Cuando Lutero viajó al Vaticano dijo que todo aquello estaba lleno de mercaderes vendiendo estampitas, gulas, indulgencias… Es más, la religión siempre ha estado al lado del poder, y si el poder es económico, la iglesia es la primera que adora al becerro de oro.

- Y si no crees en Dios ¿Por qué te has casado?

- El que yo me haya casado no tiene nada que ver si creo o no creo en dios. Yo me he casado porque mi marido y yo compartimos muchas cosas, entre ellas compartimos la vida y una hija, para eso no necesito a dios.

-Entonces no eres atea, crees en algo.

-Creo en lo que yo siento, y en lo que yo hago, creo en las personas que están conmigo y a mí alrededor, porque además los quiero, creo que eso es suficiente y dios no tiene nada que ver.

Él mira hacia la derecha en la distancia. Creo que ha desistido de seguir la conversación y me mira antes de hablar de nuevo.

-Voy a ir a ver si todavía está mi toalla en el lugar que la dejé. Eres una mujer estupenda. Una mujer que merece la pena. (Por la sonrisa que pone sé que me está haciendo la pelota) Me gustaría seguir hablando contigo, de verdad que me gustaría, pero hoy te vas y es una pena. Yo estaría encantado de volver a verte pero… ya te vas.

Yo no añado nada, me dice hasta luego y yo le respondo con otro hasta luego. Sinceramente estoy deseando que se vaya para volver a meterme en el agua. Y eso es lo que hago. Mientras nado hacia dentro no paro de reírme.

sábado, 20 de agosto de 2011

Torre y Mar



Esta es mi torre,
vigía de los pasos
de esta hija pródiga
que viene a llenarse
de arena los bolsillos
y de sal la orilla
de los recuerdos.




Recojo por las calles
recortes de mi niñez,
trocitos de sueños
que fueron mi camino,
un camino
por el que navego
sin timón.
Como navega la infancia
en esta barca de ojos prestados.
Dentro, llevo el mar
que late como las olas,
y bucea profundo
sobre arrecifes de cuentos marinos
e islas con palmeras.



Mi vida entonces respira
ese aroma salitre
que evapora el viento y los años,
y bebe la espuma
que llega de lejos
y me abraza.
Soy yo,
la que espera tumbada
sobre los guijarros
a que el sol me disuelva
como el agua.

M.E.F.S.