OBJETOS
PERSONALES
En
silencio, deshago el nudo del
tiempo que, diluido ahora en mi vida, podía dividirlo en partes de un todo y ordenarlo alrededor de mi cuarto.
Recojo
el primer recuerdo en la distancia,
aquel que mostraba sin aristas el miedo infantil, lleno de estrellas y de
lágrimas.
Giran fotografías de diferentes instantes
hilvanados en amplios trazos de imágenes, que crecieron conmigo y junto a mí.
Acomodo
un frasco de cristal con un puñado de arena
y algunas piedras que traje de la
orilla.
En otro
lugar, duermen cartas manuscritas
con trayectos de cariño, dobladas en el
cajón, junto a las hojas que cayeron un otoño.
Colecciono
palabras obsoletas en un cuaderno y
añado sobre sus páginas nombres de
mujeres que la historia devoró con
el olvido.
En la
estantería guardo libros como
fósiles, rescatados del naufragio y del vacío.
Y en
ese bucle inquieto de evocaciones,
el espejo de mi habitación me
devuelve las arrugas, que anunciaran el final de un periodo, de caminos ya conocidos, de objetos que se
salvaron a pesar de los años transcurridos, para comenzar otra etapa en la que
quedaré erosionada, como un guijarro
en el ciclo natural de las estaciones.
Este texto participa junto a escritos sobre el tema SEDIMENTOS de la ASOCIACIÓN LITERARIA CAFÉ DE PALABRAS, en el Museo Provincial en la sala de exposiciones temporales que estará hasta el 27 de Abril en colaboración con el COLECTIVO ABIERTO METÁFORA, grupo artístico multidisciplinar.