domingo, 4 de octubre de 2009

La televisión y los globos...


Abierto el parpado en la esquina del sofá,

y la pupila diluida sobre la mesa,

ya estrangulado el ojo avizor

la catódica pantalla me seduce

con arrullos hipnóticos de duermevela.




En mi casa llegó tarde la televisión, y cuando llegó, sólo contaba con dos canales, la Primera cadena y la VHS. Hasta entonces la veíamos en casa de una vecina de la calle que mantenía un pequeño negocio de chucherías, tabaco y algunas bebidas. Los pequeños debíamos compartir el espacio del suelo, porque los mejores sitios eran ocupados por los nietos de la dueña y sus amigos mayores que siempre andaban conquistando terreno en la casa. La dueña de la televisión había sido carcelera de los prisioneros republicanos, era una anciana escuálida con un rostro arrugado y severo. Una tarde no nos dejó ver nuestro programa favorito “Un globo, dos globos, tres globos” y bastante enfadados se lo contamos a nuestro abuelo. Entonces él, se apartó su cigarro de la boca, y nos dijo: id a comprarme un paquete de tabaco Celtas Cortos, y cuando os vayáis, le gritáis, ¡¡¡Avelina ponte pina!!! . Después de hacer el recado nos pusimos a gritar una y otra vez lo que nos dijo el abuelo. Al cabo de un rato, la anciana nos bañó desde una ventana superior con un cubo de fregar el suelo, además añadió unos cuantos insultos. Mi abuelo nos contó que los presos le cantaban aquello de ¡Avelina ponte pina!, cuando le pedían agua, y ella les ofrecía orín.

Desde aquella tarde, en que el mundo fue un globo lleno de agua sucia que reventó en nuestras cabezas, mi padre nos trajo la primera tele sin color que fue las delicias de unos niños y niñas que descubrían en las calles sus nombres que se pronunciaban a través de las ventanas, y las melodías de nuestras series favoritas que sonaban en el aire, llamándonos para recogernos a su alrededor como una diosa. Aquella fue la primera ventana que abría nuestra infancia a todo lo desconocido, ahora al mirar atrás el marco me resulta gastado, tal vez porque ya nada me sorprende, o porque existen otra ventanas y otros ojos con los que mirar.



Textos: Encarni Fernández






...el globo se me escapó, sí...




2 comentarios:

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

…os
estoy
escribiendo
y
llorando
dolor
mas
congoja
aprietan
es
como
ríos
de
calor
frió
donde
dormida
su
angustia
da
bienvenida
al
miedo.
ahora
cataratas
de
alegría
tras
leeros
ver
viendo
el
animo
de
saludaros
deja
deslizarse
esta
lagrima
doblada
en
el par
de mis
mejillas
y
con cada una
para
todas-os
una
dentro
del
corazón
que
bebe
ahora
del
alma
al tragar
hiel
hielo
hecho ausencia
y
os
brindo
con dos
tiempos
segundo y
segundero
unidos
llenos
de
amor
y
paz…



desde mis horas rotas , aula de paz , saludos de
corazón , vida y amistad .



José ramón.

Brisa de Venus dijo...

Gracias José Ramón, espero que el dolor calme, y comience la alegría, yo debo estar contenta, acabo de recordar tu último poema de tus 'Horas Rotas' y los hospitales siempre causan la misma inquetud, acabo de llegar de uno.

Siempre serás bienvenido.

Un saludo.