sábado, 31 de octubre de 2009

Un día en el super...

Cuando termino de hacer mis compras y me espera una gran cola hasta llegar a la caja, siempre me da por pensar. Esa mañana pensaba que la vida estaba llena de colas, una cola para el banco, otra para el paro, otra para la compra, otra para el médico, otra para echar una carta, otra para pagar la luz, el agua, en fin, para cualquier cosa debíamos hacer una y esperar.

Por fin llega mi turno, la cajera pasa mis productos uno a uno y los escanea automáticamente, creo que no habrá problema, nunca he dudado, pero hoy me preocupa que algo salga mal. Oigo los pitidos de los productos, pi… pi.. Un producto no pasa. Ay, que pellizco siento en el estómago! Noooo!!! Ha cogido la cajita y ha levantado la mano, ha buscado a una compañera con la mirada, y encima grita. Yo me tapo las orejas con ambas manos.

-María, ¿dime qué precio tienen los condones de sabores?

- ¿De qué sabor?

- Pues no sé, en la caja pone sabores tropicales.

Mientras ocurre todo esto, yo voy metiendo mis productos en las bolsas, siento un calor extraño en mi nuca, sé que son de todas las miradas sobre mí, y por eso no quiero levantar mi cabeza. Pero levanto la mirada al oír la voz de mi suegra en mi espalda, olvidé que hoy hacía su compra semanal.

-¿Y eso?- Yo intento disimular, pero ella vuelve a insistir.

-¿Para qué quieres eso?

-Ah, ¿esto? – pues… (Debería decirle qué es para unasuper clase de educación sexual pero me contengo) Es… para una amiga que se casa dentro de un mes y queremos gastarle una broma.

Mi suegra me mira incrédula.

-Pues, si quieres gastarle una broma…- me dice la chica que va detrás de mí en la cola- deberías regalarle condones fluorescentes, en la oscuridad brillan tanto que podría confundirse con una espada de ‘La guerra de las galaxias’.

Quise contestarle a la chica que eso sería en el tamaño extra-largo, pero viendo la cara de mi suegra, decidí salir sin decir nada.




5 comentarios:

Georgells dijo...

Hola Encarni!

Debo confesar que cuando comencé a leer tu post, me pareció que sería un relato costumbrista un poquitín aburrido. Supuse que se trataría de las reflexiones sencillas de una señora en su diario trajín.

Cuando leí lo de los condones, mi cerebro se negaba a aceptar la "vuelta de tuerca". Tuve que regresar el párrafo. Pero la carcajada que me arrancaste cuando sonó la voz de tu suegra, fue sensacional.

Genial anécdota... (¿por qué a mi no me pasan cosas tan divertidas???)

Un abrazo!

G.

Anónimo dijo...

Encarni, como siempre es un placer leerte. No comento nunca para no estropear tu magnifico blog, pero estoy por aqui. Saludos.

Erase.

Encarni dijo...

Hola Georgells!
Ahora que no no escucha nadie, te voy a contar un secreto: este tipo de cosas sólo le ocurren a las cuentistas, pero chisssss... no se lo digas a nadie ¿vale?
Un abrazo.

Erase!!!! ¿Tú por aquí? Pero que alegría!!!. Déjame decirte que tú no estropeas nada, y me alegra que estes por aqui.
Venga, un abrazo.

Anónimo dijo...

Jjajajajajajajajajajaaja, madre mia... yo me pondria roja como un tomate... con lo poco que me gusta llamar la atención... Si tengo que comprar algo asi más especial te lo encargaré xDD

BESITOSSS

Encarni dijo...

Jajaja... Gloria, para las cosas especiales se han inventado los TapperSex ;-) y así ahorrarnos ... lo de llamar la atención. Así que luego haremos la lista... :))

Besitos nena.