Este jueves, el secreto que no te llevarás a la tumba.

 

ADULTERIO PUNTUAL

Después de muchos años, el  punto y la coma, seguían unidos entre sí  a pesar de los celos de ésta.  Algo cansada,  la coma pidió al consejo de letras unas vacaciones para su compañero y para ella, a lo que el consejo  accedió  sin contar con unas cuantas letras que no estuvieron de acuerdo en la votación.   

 El punto y la coma   planearon pasar sus vacaciones en un cuaderno blanco que llevaba sin abrir  mucho tiempo;  pensaron que era el lugar perfecto para el reposo.   Los primeros días  caminaron como  si lo hicieran por un desierto, y estuvieron contentos de no encontrarse con ninguna  palabra o número,  u otros símbolos que les obligaran a  puntuar un texto. 

Al cabo de unos cuantos días, la coma  se aburría y comenzó a interrogar al  punto sobre los secretos que nunca le había dicho en todo el tiempo  de convivencia juntos.  El punto quiso evadirse,  pero la coma se puso tan tierna y melosa, que se destapó su secreto  y acabó confensado que  le había engañado con el signo de interrogación y  con  el signo de exclamación,   pero ella, lejos de enojarse, lo entendió enseguida, porque pensó que el punto necesitaba hacer  turismo  gramatical. Lo que no entendió  la coma, es que la hubiese engañado con otro punto. Esa noche,   no pudo dormir imaginando qué harían dos puntos  en un escrito.

Más secretos puntuales o no en casa de mi amiga Chelo