Felicidades mamá.)
Elena amaba el mar, lo supo nada más sentir el cosquilleo de la arena bajo sus pies y respirar el perfume de sal en sus pulmones. No necesitaba mucho más, para una niña de su edad le bastaba peinarse con las estrellas y dormir con la luna; ella cada día trenzaba su pelo con las olas y cuando el clima invitaba a dormir con el cielo sacaba una manta para pernoctar en la orilla acompañada de algunas vecinas amigas suyas que compartían su misma devoción.
El mar, a cambio le dejaba pequeños obsequios en esa frontera donde acaba la espuma. Y Elena coleccionaba todo lo que encontraba; caracolas y conchas de nácar, y más que ninguna otra cosa, cristales pulidos que ella creía que eran lágrimas de Neptuno, así imaginó que cuantos más cristales dejaba la orilla tanto más había llorado el mar esa noche; por eso, cada mañana recolectaba lágrimas de cristal sobre la arena.
Una tarde puso encima de la mesa todos sus tesoros, cogió un lápiz y un papel y comenzó a escribir un deseo, dobló el papel y lo introdujo en una botella, luego caminó hasta la playa y lanzó la botella al mar. Después se sentó como quien se sienta a esperar una respuesta dejándose caer en la arena y, mirando al horizonte observó como el sol se bañaba en las aguas, percibió el atardecer con aquellos tonos rojizos y anaranjados le acariciaban el alma.
Fue otra tarde de verano que sus amigas la invitaron a nadar y Elena quería adentrarse más y más, deseaba sentir los brazos infinitos del agua sobre su cuerpo. Y aquellos brazos de mar la rodearon con tal fuerza que naufragó hacia las profundidades de ese misterioso azul que quiso descifrar su viaje.
En la orilla, sus amigas observaron que Elena estaba en peligro, que solo flotaban sus oscuras trenzas y decidieron llamar a David, el hermano de María. Éste corrió todo lo que pudo, saltó al mar y comenzó a nadar con la urgencia de salvar una vida que se ahogaba a toda prisa. Alcanzó a ver las trenzas de Elena que parecían volar en vez de flotar sobre el agua y con una mano las sujetó para que no se hundiera. Luego atrajo hacia él la cabeza y el cuerpo entero para sacarla inconsciente de allí. Una vez en la orilla, David intentó reanimarla con el beso de la vida y las manos empujando sobre su tórax. Elena quiso beberse el mar, o el mar quiso llevarse a Elena hacia el interior de ese oculto deseo. Ella permanecía allí como si estuviese dormida mientras su madre, sus amigas y vecinos permanecían a su alrededor esperando que vomitara todo el mar que había tragado.
María tiraba piedras al agua maldiciendo la osadía de su amiga. Por fin, Elena expulsó el líquido de su cuerpo y abrió los ojos. Quiso incorporarse y marcharse con premura a su casa pero al querer apoyarse en sus manos, sobre la mano derecha asomaron un puñado de lágrimas de Neptuno. La niña se puso de pie y lanzó los cristales al mar, una vez hecho esto comenzó a llorar al sentir como el miedo tenía ese sabor salino que tanto había saboreado hasta entonces. Se acercó a la orilla y con su dedo escribió: ya no quiero ser una sirena.
24 comentarios:
Una maravilla escrita con palabras. No se puede contar mejor un hecho tan trágico como el que narras. Has utilizados tantas y tan bellas imágenes para describir lo que cuentas que es como si se estuviera viendo lo que sucede. ¡Chapeau!
El mar siempre es capaz de transmitir tantas sensaciones y puede hacernos pasar del miedo a la complicidad... felicidades
felicitaciones para tu madre en su cumpleaños!!! y para ti por tan maravillosa historia .
Un besazo
Encarni...una entrada bela,bella,bella...la ternura que preside el texto como siempre, que lo hace casi poetico...la músiquita y todo...gracias a un concurso que entré por primera vez y me quedé.
Felicidades a tu madre ....
Genial Encarni, tan sensible y bello como nos tienes acostumbrados, lo que ocurre es que hoy es un día especial y más especial aún tu entrada.
Me puedo identificar con tu madre, aún le saco un año, aunque esto carece de importancia. Repito bello, bello, como tu. Un grandísimo abrazo.
P.D.: ¿Deduzco que te encuentras mejor?
Bellísimo relato, Encarni. Felicidades para tu madre, por los años que cumple y por tener una hija que sabe dar sentimiento a la realidad.
Un beso.
Felicidades para ambas: para tu madre por sus 61 y para ti, por lo bien que escribes.
(El domingo tiene Anna programada tu entrada del premio del concurso en "la sabiduría de Sancho")
Precioso de toda preciosidad. He quedado boquiabierto.
Me has hecho recordar a mi madre, enamorada del Mediterráneo, aunque nacida tierra adentro. También ella coleccionaba cosas que traía el mar, y aunque ya muy lejano lo de niña, volvía de allá con conchas, piedrecitas, y cosas varias, pulidas por el agua y la arena. Como una infante, a sus muchos años, las mostraba sonriendo con ingenuidad. Luego, en la calma de las tardes de invierno, los confeccionaba y los transformaba en collares, pañitos y cosas así…
Ella tampoco quiso ser sirena, aunque bien se hubiera bebido todo el agua de la mar.
Precioso cuento.
Como sabes, me encanta el mar. Yo una vez lancé una botella al agua, pero olvidé el mensaje.
Besos, y felicidades a tu madre.
Vaya...día de celebraciones jeje. Seguro que queda encantada. Quiso cumplir su sueño de ser sirena, bonito sueño, pero algo peligroso.
Sabes???Encarni-ta jeje es mi madre, tiene 64, y hoy hubiera cumplido 44 años de casada con mi padre, la verdad es que los sigue cumpliendo. Me lo acaba de recordar, veníamos de dejar al "peque" en una de sus salidas con la Asociación de minusválidos de Benidorm, hoy tocaba cine y bocata. Además, hoy hubiera cumplido mi abuelo materno "Luis", 100 años...Curioso
Bésix para ti y tu madre
Es precioso el regalo que le haces a tu madre. FELICIDADES A LAS DOS.
Bicos
Encarni, hay que ver como eres capaz de sacar algo tan bonito y tan bien escrito de un suceso tan dificil y que pudo ser trágico, enhorabuena, es una gozada pasar por aquí y leer tus historias, y no es un halago, es la pura verdad.
Un abrazo
Un hermoso cuento, y muy bella la iniciativa de escribir algo tan bueno dedicado a tu madre.
Felicitaciones para ambas.
Un cuento precioso, Encarni, lleno de ternura.
Felicidades a tu madre, que es sin duda la sirena de tus días.
Un beso.
Que placer leerte..das alas al que te lee.
beso
Encarni, muy bonito, leo mucho amor en lo que escribes, con una mezcla de imágenes propias y esas imágenes que de tanto oírlas parecen que también son nuestras aunque no las hayamos vivido.
Un abrazo de ola.
Precioso, Encarni, seguro que es uno de los mejores regalos de cumpleaños para tu madre.
Felicidades para las dos!!
Nuevamente me sorprendo (grato) pues de nuevo me emociona esta entrada...
La gran mayoría de las personas, cree (lo he oido miles de veces) que cuando echamos la mirada atrás, estamos admitiendo que nuestro estado presente, no es bueno; que mirar al pasado es pensar que "creemos" que todo lo acontecido con anterioridad, fue mejor...yo no pienso así; creo que es bueno recordar de continuo, vivir esas experiencias (incluso las menos favorables o dañinas...) todo ello, nos ayuda a seguir creciendo...
Yo tuve la suerte de estar en el lugar oportuno, en el momento oportuno, justo cuando en la piscina, mi hermano pequeño estaba ahogándose...no había nadie más, y de no haber "aparecido" yo por la piscina, hoy no existiría él...¿por qué estaba yo allí, y nadie más en ese preciso instante...? Creo que fue una conexión (llámala telepática o de la naturaleza que quieras) lo que me hizo acercarme y salvarlo...
No sabemos por qué ocurren las cosas, mas ocurren y no hay vueltas que darle...
Un abrazo.
Precioso, Encarni.
Gracias a tu visita he vuelto, ahora sí que no te dejo.
Felicidades a ti y a tu madre, muchos besos.
Cuando cumplo años recuerdo que un año sólo significa una vuelta de la tierra alrededor del sol, y por ese motivo no los celebro, pero los regalos, eso es otra historia y hoy le has dado un regalazo a tu madre, porque tu relato es un cuento real lleno de hermosas metáforas.
Un fuerte abrazo y felicidades para toda tu familia.
Bonito regalo para tu progenitora. Yo no me esmero tanto con la mía.
Besos de martes
Esto es un regalo para el alma de cualquier madre! Bellísimo, Encarni.
Felicidades.
Mil gracias por compartirlo con nosotros.
Un abrazo.
Ultimamente ando a salto de mata pero quiero agradeceros vuestros comentarios, vuestro cariño y sobre todo vuestra presencia.
Este cuento tiene su elemento real, y es que mi madre de pequeña estuvo a punto de morir ahogada, pero el destino quiso que viviera. Cuando estuve a verla después que salió del hospital estuve en mi playa de siempre y recordé aquella historia que pertenecía a mi madre, y mientras paseaba se me ocurrió adornarla.
Un abrazo con brisa... para todos/as.
Bonito texto, sisisi.
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