jueves, 29 de agosto de 2013

Este jueves. 'Imagina en el nombre del amor'



Imaginó el amor como un poema
de versos desplegados
en un campo sin renglones,
ni medidas,
en un espacio blanco
de palabras desnudas
que se cogen de las manos
y se rozan entre los dedos
para emborronar caminos
de semillas, 
y de flores silenciosas
que susurran como el viento
a la penumbra.



Más imaginaciones amorosas en la casa de Matices

sábado, 17 de agosto de 2013

En sueños (Microrrelato)

El dormir de Toulouse-Lautrec


Julio y yo decidimos encontrarnos en un sueño,  teníamos trece años y nos gustaban los retos. Cronometramos la hora para irnos a dormir, cada uno en su casa, después de pensar mucho el uno en el otro. Cuando llegó la hora  cerré los ojos, al rato me quedé dormida y apareció  en mi sueño totalmente desnudo. Fue la primera vez que veía a un chico sin  ropa y me entró la risa ver como se cubría con las manos sus partes íntimas. Entre las risas me desperté y encendí la luz todavía nerviosa, miré sobre  mis sabanas  y me pregunté qué hacía la ropa de Julio esparcidas por mi cama si él no estaba.




miércoles, 14 de agosto de 2013

Este Jueves, homenaje a Sani Girona.


Una mañana me encontré a Sani por este espacio virtual y me preguntó por los jueveros. Intercambiamos algunos correos y lo introduje en el grupo que tenemos en Facebook y desde allí conocí la historia de Sani. Me pareció  un hombre con gran sentido del humor hasta para las cosas difíciles.  Quizá por eso, porque lo veía un hombre que le ponía color a la vida, he elegido este trozo de su relato para recordarlo. Va por ti Sani.

13.- “Colores”
Poco podías imaginar, cuando entraste en el taller de pintura de Claude, cerca de la Escuela de Artes y Oficios, y ella te mostró un montón de cuadros ya acabados y amontonados en un rincón de ese estudio; que también tú, al cabo de unos meses, ibas a decidir comprar un caballete y una caja de pinturas con sus pinceles, su paleta y su colección de  óleos, porque también tú querías ver qué serías capaz de pintar

Pintar lo que fuera, porque era tu asignatura pendiente, tu camino por recorrer a través de los colores, como si  al principio no tuvieran forma, solo el deleite de verlos deslizarse por  el lienzo y esparcirlos como terreno de conquista sobre el blanco inmaculado de la nada. Más tarde, pasaste a la aventura de mezclarlos,  persiguiendo otros resultados , otros tonos   que alcanzaran  la luz para ir de la mano de aquellos primarios que  se parecían tanto a las emociones y que, por ese motivo te costaba tanto fusionar  el blanco y el negro, con su gama de  grises que amenazaban tormenta  cuando la vida ponía nubes en todas partes menos en el en el cielo. Llegaron las formas a tus pinceles; grandes y pequeñas, como figuras que desean crecer y buscar su espacio propio  en multitud de imágenes  compuestas y combinadas entre sí en armonía. Te llevó tiempo conseguir  el lenguaje pictórico y visual, pero una vez enseñados los pinceles, aprendieron a contarnos lo que siempre quisiste decirnos,  antes del adiós. Abriste tu galería con amplios pasillos  para acomodar todos tus paisajes en una exposición final.

 Más homenajes  en el periódico The Daily Planet's




sábado, 10 de agosto de 2013

Cristales

Foto: E. Fernández

Comenzó a sentir  el tiempo como   espacios de vida de  diferentes tamaños,   al igual que las burbujas flotaban  de distinta forma  por el aire.  Quizá  los años  pasaban de igual manera y los vivía  como esas pompas  que estallan sin más y salpican con recuerdos del pasado. Decidió que   su existencia sólo tendría el valor de sus sentidos. Después de aquella arcaica  medida alguien dejó un espejo en su habitación,  y se acercó a mirar;  comprobó  a  una persona vieja, irreconocible  que le miraba escudrillando cada pliegue y cada gesto. Al  rato, reconoció sus ojos y su sonrisa entre tantas arrugas, pero quedó desconcertada,  siempre se había sentido una mujer  joven y el espejo le devolvió la imagen de un  hombre  envejecido con ropas de colores. Ante esa evidencia  recordó la frase de un filosofo  que decía: que para hacer una verdadera revolución habría que romper todos los espejos. Y ella llenó su mano de cristales.


lunes, 5 de agosto de 2013

Quietud


me gusta verte tranquilo, sereno y transparente, 
porque puedo mirarme
me gusta el murmullo que regalas a mis oídos, 
porque puedo escucharte
me gusta el perfume que  me despierta la mañana, 
porque puedo llenarme
me gusta el tacto de las caricias en mi cuerpo
porque puedo sentirte
me gusta el sabor que dejas en mis labios, 
porque puedo amarte.