viernes, 3 de septiembre de 2010

La gallinita ciega y la amistad




Y un día, la amistad decidió jugar a la gallinita ciega, se colocó una venda en los ojos y avanzaba con las manos por delante; de vez en cuando agitaba los brazos para intentar coger alguno de sus compañeros o compañeras. ¡Aquí, aquí!,-le decían- y las voces le guiaban. Pero a veces la picardía ponía obstáculos a la gallinita ciega, unas veces cuando la jaleaban y tropezaba con un árbol, o con una farola, otras veces al seguir las voces metía los pies en un charco y se le mojaban los zapatos de barro. Cuando esto ocurría la amistad deseaba quitarse la venda, pero continuaba un poquito más viviendo a oscuras, anhelando alcanzar una mano, tocar un cuerpo, una cara y averiguar quién había detrás de su ceguera.


Pero a medida que pasaba el tiempo, jugar a la gallinita ciega con las nuevas pantallas se había convertido en un juego sin cuerpos, sin voces, se quedaba sólo un sentimiento como el amor o como la justicia que con sus ojos vendados sujetaba la balanza. A pesar de eso, se agitaba para encontrarse con alguien y recordó cuando en la calle el silencio formaba parte del juego, y todos callaban creando un abismo entre ella y el resto del mundo. En este espacio no podía apoyarse ni siquiera en un susurro, ni en el tacto, ni en la vista, ya que los cuerpos permanecían estáticos y vivían al tacto de los dedos. Le quedaba el pensamiento y el sentimiento, luego existía a pesar de todo. ¿Pero dónde iba la amistad cegada y sin cuerpo, con palabras y sin voces? Así no había tierra y no se podía echar raíces. La amistad caminó entonces sin detenerse, le quedaba echarse a volar como lo hacen los dientes de león a través del aire o la brisa, y posarse levemente para seguir al viento.













6 comentarios:

emejota dijo...

Es bello este relato pero me ha dejado un poco descorazonada pensar que la amistad es tan fortuíta como el hecho de un diente de león empujado por el viento y tan frágil como la primera parte de la narración. Y sin embargo..... a veces es así, aunque yo tenga mis teorías sobre ondas y vibraciones. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Teniamos algo. Puede que a ti la palabra amistad te resulte demasiado grande para usarla con alguien de quien desconoces incluso su nombre... pero si habia la sensacion de poder contar la una con la otra. No se tu pero yo si tengo la sensacion de haber perdido...

(Lo siento, no he podido evitarlo, ya sabes que la sutileza no es lo mio.)

mariajesusparadela dijo...

Hay silencio físico, Pero también hay palabras: aquí están.

Encarni dijo...

Emejota a veces es así, los tiempos están cambiando, las nuevas tecnologías están modificando los nuevos conceptos como la amistad, el amor, y la vida en general. Este relato es el resultado de una 'amistad' en un chat, donde se carece de casi todo, menos de la palabra y a partir de ahí, interpretar los silencios y otras cosas requiere mucha paciencia y psicología.

Un abrazo.

Encarni dijo...

Anónima,con las personas me guío por la vista y por la intuición, pero cuando la única referencia que tengo es un nick, y el nick desaparece, ese 'algo' se pierde en el ciber espacio, ese algo se queda huerfano, y sumado a la poca experiencia que tenía o que tengo en estos ámbitos da como resultado la falta de confianza. Y cuando pones la confianza una vez y se pierde de forma confusa, la confianza no vuelve a ser la misma, con lo que el concepto de amistad en este caso debe ser revisado.Por eso la amistad juega a la gallinita ciega.
O eso, o mi total incapacidad para desenvolverme en ese ámbito.

Encarni dijo...

Maria Jesús,a diferencia del chat, en el blog puedes tener un nick, incluso silencio físico, pero el porcentaje de nosotros/as mismo se traduce en palabras, emociones, sentimientos, imaginación, que nos da a conocer aunque se carezca de otras cosas, cosa que no ocurre en un chat o que ocurra muy pocas veces, no tengo mucha experiencia en esto.

Un saludo.