Los nuevos vasos de cristal venían embalados en papel de revistas. Mientras mi madre les quitaba el envoltorio para fregarlos yo con mis manos planchaba las hojas para curiosear los artículos de prensa rosa y a todo color que arrugados todavía podían leerse. Después de ojearlos fui desechando impresos hasta que me topé con ese pliego que parecía de otra revista y comencé a leer:
"La celda es un lugar idóneo para conocerte a ti mismo, para indagar en tu propia mente y tus sentimientos. Solemos centrarnos en cosas externas como la posición social, la influencia y la popularidad y la riqueza. Esos parámetros son importantes. Sin embargo, los internos pueden ser aún más cruciales. La honradez, la sinceridad, la sencillez, la humildad, la generosidad, la falta de vanidad, la buena disposición a ayudar al prójimo son la base de la vida espiritual de una persona. La evolución en esas cuestiones es inconcebible sin una introspección, sin ser conscientes de tus puntos débiles y tus errores. Aunque sólo sirva para eso, la celda te da la oportunidad de analizar tu conducta. Meditar con regularidad (quince minutos antes de acostarte) resulta fructífero"
(De una carta de Nelson Mandela a su esposa Winnie, en la cárcel de Kroonstad)
Al acabar la lectura, levanté la mirada y observé a mi madre enjuagando los vasos debajo del grifo. En ese instante, el chapoteo del agua me transportó en el tiempo, sentí que ya había leído ese artículo antes o quizá alguno similar, miré la ropa de mi madre que permanecía de espaldas hacia mí y el estampado de la camiseta llegó de un pasado conocido, percibí que detrás del sonido del goteo ella me preguntaría:
-¿Te acuerdas de Rocío?- La miro y pienso que ahora cogerá un paño y se secará las manos y después de oírme, se sentará a mi lado.
Hasta el recuerdo de la chica me persigue, pero se detiene a que la evoque, y su imagen de niña de papá desenvuelta y privilegiada se queda por unos segundos merodeando en la cocina. Y mi madre me cuenta:
-El padre está en la cárcel.
Incluso aquella frase que parecía nueva ya estaba dicha, adiviné el tono y la forma en cómo la pronunció desde su boca. Me acomodo junto ella y escucho lo que ya sabía por unos segundos.
-Dicen que le han encontrado un buen alijo de droga en su casa.
Algo me dice que busqué más textos de Nelson Mandela entre los papeles que he amontonado encima de la silla, pero sé que no voy a encontrar nada más. Sé que esta búsqueda es una excusa, pienso que ese hombre, el padre de Rocío, debería pudrirse en la cárcel por muchas razones, una de ellas era su excesivo orgullo y otras que no me atrevo a confesar.
- Ojalá esté mucho tiempo.- sentencié sin ningún atisbo de arrepentimiento.
Doblo la hoja de la revista y la introduzco en el bolsillo de mi pantalón, decido que mañana escribiré una extensa carta.
Oigo un portazo en una de las habitaciones y salgo de aquel letargo, donde el tiempo ha restablecido su presente.
Más relatos y Dèjá vu en casa de Carmen Andujar
27 comentarios:
Entiendo que tu deseo se refiere al papá de esa chica bastante odiosa y no a Mandela. En ese caso tu deja vu se produciría por asociación de contrastes y no de semejanzas. Supongo que la mente puede tendernos todo tipo de trampas.
Saludos jueveros!
Vaya, lees un escrito sobre la cárcel y resulta que te dan una noticia sobre el tema que además ya parecías saber... ¡que cosas! Un beso.
Encarna, ya he colocado tu link, no te preocupes esas cosas pasan con asiduidad.
El relato me ha gustado mucho, porque a través de algo que tu lees te viene a la mente escenas que quizás creías olvidadas y las vuelves a recordar. Un vestido, unos gestos, nos hace revivir unos momenttos que seguramente vivistes y que no son agradables que digamosrazo y gracias por participar..
Un ab
Desde luego, es un déjá vu sobre un espacio común, que es la cárcel pero con protagonistas muy, pero que muy diferentes. Tal vez la cárcel al padre de Rocio, como escribió Mandela, le sirviera para reflexionar sobre sus errores.
Un abrazo.
Encarni, de lo más interesante que te he leído, por varios motivos. Primero, por la sensación extraña de irrealidad que consigues en un momento determinado (lee la nota y mira a su madre, a partir de ahí). Y también por la ambigüedad que te muestra algo oculto, que dice mucho sin decirlo: "y otras que no me atrevo a confesar".
Los relatos (ahora hablo por mí) me gustan mucho si dicen mucho en poco, y a la vez si consiguen una adecuada distancia narrativa: demasiada cercanía estropea el resultado. Aquí consigues bastante esa lejanía pero yo incluso buscaría un poco más, para acentuar la frialdad que el texto de por sí ya tiene: quitaría "sin ningún atisbo de arrepentimiento" o alguna cosa así que lo que hace es implicar emocionalmente a la narradora. La gracia, pienso yo, es que el lector atento vea esa frialdad. El cristal, el agua, la cocina, la limpieza de la cocina... todo eso ayuda en esa idea de asepsia que tiene tu texto.
De verdad que me parece muy interesante. Lee mucho y continúa puliendo esa madera que sin duda tienes.
Inquietante.
vengo de leer a manuel...mi lectura esta semana va de abajo para arriba...y como vos apareciste en última posición, pues eso, hala, a retomar el final de la lista...vengo de leer a manuel y trata de dar explicaciones a esto del deja vu...sea cuales sean las explicaciones de esto que sucede, de este acontecimiento que nos relata el futuro...en cierta manera hay que reconocer que a veces nos...nos trastoca la normalidad...a veces sí. otras veces como que lo acariciamos y lo introducimos entre nuestras características...
dices al final de tu texto que ..."Oigo un portazo en una de las habitaciones y salgo de aquel letargo, donde el tiempo ha restablecido su presente.""", es decir, la noralidad suele acompañar la vida cotidiana una vez pasada la "tormenta"...pero y si...¿y si fuéramos capaces de predecir futuros, aunque sólo fuera con unos segundos de antelación? ufffffffffff
medio beso, ancarni.
Muy muy interesante, estupendo.
Bicos
Este jueves tu brisa llevo muy lejos a tus protagonistas, la carcel, una noticia, y ya tenemos el componente perfecto que une dos irrealidades ¿ o son realidades ? ¡ Qien sabe ! El cerebro algunas veces nos pone contra las cuerdas.
Me gusto leerte de nuevo.
Perdona mi tardanza,pero no he podido entrar hasta hoy, besos guapa....Lucia.
Tras leer los comentarios, y como es tarde seré fresca y me atendré al del profe de literatura. Me ha encantado leer su última frase.... je,je,.... me suena. Bsssss.
ah pero este es un texto extraordinario. te miento si te digo que me gustó una sola parte... es muy completo. muy bueno muy bueno... no me salen otras palabras! genial! un beso!
Una excelente asociación de ideas que te lleva de lleno a sentir que lo que sucede ya lo has vivido. Entretenido y ameno. Un besote
Un deja vu que es una asociación de ideas entre un caso que crea empatía frente a otro que causa un gan rechazo. Ambos coinciden en un mismo pensamiento.
Es un gran texto, muy aseptico y bien narrado.
Me gusta el tema y me hubiera gustado participar, pero no ha podido ser.
Un abrazo
... Una de las razones era su excesivo orgullo otras que no me atrevo a confesar.." ¿Que fué lo que trajo a ella tal mezcla de sentimientos?
Me ha gustado realmente Encarni,este relato.
Un abrazo.
De unos vasos a la revista al artículo de Mandela, y de una cosa a la otra, esa chica, su padre, la prisión...recorrido de sensaciones y el portazo, dejà vu, de golpe se restablece el presente.
Muy buen relato circular, intenso, me queda la incógnita de la carta, juego a las adivinanzas.
Besito cariñoso.
Un deja vu que se produce por dos historias que tienen cierto encuentro y se dan en el mismo momento de forma paralela.
Muy bien relacionado y enganchado los dos hechos que muestra el relato. Me gusta mucho tu forma de describir la escena, con los detalles justos que te hacen sentir que estás mirando lo que pasa, más que leyéndolo.
Un abrazo enorme.
Me ha gustado mucho como se ha hilado a través de una lectura, una vivencia que es anuncio de otra y que de alguna manera, sobreponen alguna característica.
A veces sucede, que un hecho detona en otro, causando sensaciones extrañas, que nos descolocan espacialmente.
Un beso para tí, gracias por tus palabras y un gusto compartir!
Gaby*
Hola Encarni, muy interesante tu relato, entiendo que a partir de una carta surge el recuerdo de un hecho particular.
A veces me pasan esas cosas.
Fue un gusto leerte, gracias por tu comentario y espero seguir compartiendo más jueves de relatos.
Un beso
Jime
Excelente y entretenido relato dónde hay mucho para leer entre líneas.
Me ha encantado la forma de entralazar la carta y la información. Un poco inquietante también es.
Un abrazo Encarni.
UNA PROPUESTA SUPERINTERESANTE.ADEMAS DE LETRAS, MUCHO CONTENIDO.
SALUDOS, ALICIA
Una carta, una imagen, un sonido..... evocar lo no recordado sabiendo su final para despues regresar a la realidad abruptamente.
¿Que sería si pudieramos saber el futuro inmediato?
Un beso
Me ha gustado mucho tu relato, rico en descripciones que al leerte transformo en sensaciones un dejá vu a mi entender de lo más dejá vu que he leído al mirar a tu madre y presentir que lo que te va a decir ya te lo ha dicho y eso que eres de mis últimas que llevo mucho retraso. Me ha encantado leerte.
Un beso
Y claro, lo mismo que a ti, a mí ahora me da por pensar en otra celda, y en otra cárcel, y en otra persona: Cárceles de Berlín-Tegel, Buchenwald, Schönberg, Flossenbürg, 1943/45, Dietrich Bonhoeffer, pastor luterano acusado por el Reig de conspiración contra el Führer.
En “Resistencia y sumisión. Cartas y apuntes desde el cautiverio”, este hombre vive desgarrado entre sus sueños, su fe, la realidad cruel e inhumana del campo, y la humanidad que encuentra en carceleros y “acampados”.
Te copio estos versos suyos escritos al parecer el 16 de julio de 1944 en los que se pregunta
¿Quién soy?
¿Quién soy? Me dicen a menudo
que salgo de mi celda
sereno, risueño y fuerte,
como un noble en su palacio.
¿Quién soy yo? Me dicen a menudo
que hablo con los carceleros
libre, amistosa y francamente,
como si mandase yo.
¿Quién soy yo? También me dicen
que soporto los días de infortunio
con indiferencia, sonrisa y orgullo
como alguien acostumbrado a vencer.
¿Soy realmente lo que otros dicen de mí?
¿O bien sólo soy lo que yo mismo sé de mí?
Intranquilo, ansioso, enfermo, cual pajarillo enjaulado,
aspirando con dificultad la vida, como estrangulado,
hambriento de colores, de flores de cantos de aves,
sediento de buenas palabras y de proximidad humana,
temblando de cólera ante la arbitrariedad y el menor agravio,
agitado por la espera de grandes cosas,
impotente y temeroso por los amigos en la infinita lejanía,
cansado y vacío para orar, pensar y crear,
agotado y dispuesto a despedirme de todo.
¿Quién soy? ¿Éste o aquél?
¿Seré hoy éste, mañana otro?
¿Seré los dos a la vez? ¿Ante los hombres un hipócrita,
y ante mí mismo un despreciable y quejumbroso débil?
¿O bien, lo que aún queda en mí semeja al ejército batido
que se retira desordenado ante la victoria que le ha sido arrebatada?
¿Quién soy? Las preguntas solitarias se burlan de mí.
Sea quien sea, tú me conoces, tuyo soy,
¡oh Dios!
Me gusta tu relato,mezcla de realidad cotidiana y ficción. Si pasas por mi blog te he dejado una sorpresa.Un abrazo.
Una realidad por un lado y otra por otra. De pronto se entrecruzan y nosotros, testigos, sólo podemos intuir muy poco de ellas.
Besos, Encarni.
Bueno, desde la psicología existe una explicación a los "dèjá vu", resulta que el hecho vivido pasa a la memoria a medio plazo saltándose la memoria reciente, así tenemos la sensación de que es un hecho pasado. En otras ocasiones hemos pensado, visualizado ciertas situaciones, conversaciones de manera que si ocurre algo similar creemos recordarlo.
Imagino que dirás "pero qué rollo me está soltando...si yo hablaba de dèjá vu literarios". Si ya, es que de vez en cuando me gusta perderme por los cerros de Úbeda.
Un abrazo.
Me parece que desarrollaste muy bien el tema. La situación es un verdadero déjà vu, el contenido, esa noticia ya vivida, está fenomenalmente desarrollado.
Besos y muy felices vacaciones.
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