jueves, 16 de febrero de 2012

Este jueves un relato. El tejedor de sueños


La ciudad azul se quedó sin sueños. Los habitantes dejaron de abrir las ventanas para que no entraran las múltiples pesadillas que circulaban por las calles.

Años atrás todos los sueños tenían precio; contrataban a los mejores maquilladores, a los mejores reporteros y confeccionaban un catálogo para la ocasión, con ellos los traficantes de sueños visitaban los lugares más recónditos y conseguían venderlos con la promesa del futuro. En la ciudad, el poder lo sustentaba aquellos ciudadanos que poseían la mayor cantidad de sueños y sobre todo los más caros. El precio de los sueños era la moneda de cambio, cuanto más sueños se tuvieran en posesión más prestigio adornaba a la persona que podía comprarlos.

Un día de otoño la fábrica de sueños cerró y las pesadillas fueron brotando poco a poco hasta convertirse en una epidemia; vagaban por las calles, sin residencia, robaban comida y dormían a la intemperie.

Las personas se fueron quedando sin sueños de compraventa y ya nadie soñaba despierto, en el catálogo se apilaban los stock, y los traficantes de sueños decidieron irse de viaje, pero antes, repartieron una gran cantidad de somníferos entre los habitantes, pensaron que al menos, les ayudaría a dormir aunque carecieran de sueños o mitigarían las pesadillas que se arrastraban por las calles. Desde ese día la ciudad se levantaba entre los espejismos y la somnolencia, entre las legañas y la desidia.

Una mañana los sueños dormidos aparecieron en la casa del tejedor y como hilos de colores fueron tejiendo otro tipo de sueños en los cuales aparecían imágenes que él mismo creaba. Pensó que ese tipo de sueños ya los había visto antes en su infancia, sueños que no se podían tocar porque no eran materiales, estos sueños los acompañaban las emociones y casi siempre la incertidumbre. Las imágenes transitaban libres y conjugaban todo tipo de historias inconexas pero que, al despertar sobre la almohada parecían tener sentido. Y el tejedor de sueños comenzó a contar a sus vecinos y vecinas los sueños que había atesorado mientras dormía, pero cada día los aliñaba con imaginación y creaba cuentos fantásticos por lo que la ilusión se apoderó de los habitantes y se atrevieron a soñar esos nuevos sueños que les hacían vivir con magia.

Algunos sueños deseaban ir más allá de ese mundo onírico que los hacía fantásticos y comenzaron a amotinarse para salir al exterior y hacerse visibles. Algunos sueños testarudos convencieron al deseo y salieron al mundo como recién nacidos a los que había que cuidar y verlos crecer.

Desde entonces la ciudad cambió de color, dejó de ser azul, pues los habitantes; hombres y mujeres la pintaron del mismo color que sus sueños, ya que cada uno se convirtió en portador de los propios sueños y de los que lograban hacerse realidad.


Más sueños en casa de Pepe

34 comentarios:

nocheinfinita dijo...

Qué bonito sería un mundo coloreado con los sueños posibles de cada uno.
De momento sigue siendo azul y los sueños salen caros.

Precioso el relato Encarni.

Besos

Dilaida dijo...

Un relato estupendo.
Bicos

José Vte. dijo...

¿Donde hay que apuntarse para colaborar en la creación de un mundo hecho a partir de los colores de los sueños de la gente?
Éste si que sería el mundo soñado.
Estupendo y bello relato.

Un fuerte abrazo

virgi dijo...

José Vicente me quitó la pregunta. Bueno, pues que seps que yo también me apunto a la lista.
Besos de arco iris.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Una linda historia para dejarnos llevar por el vuelo de la imaginación!

Un abrazo.

MARU dijo...

Encarni cariño...precioso!!!! Un tejedor de sueños, el trabajo más bello del mundo, espero que nunca deje de trabajar y que nunca dejemos de colorear nuestra vida con ellos. Besitos,

San dijo...

Si dejamos de soñar no pierdas la dirección de este tejedor, se ve que entiende de la materia, de todas formas creo que tambien voy a guardar tu dirección eres una digna sucesora del tejedor.
Un abrazo azul como los sueños.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Apúntame con José Vicente y Virgi a esa lista.
Estamos necesitados de sueños, los precisamos con urgencia, que la pesadilla diaria que vivimos ni es justa ni nos la merecemos.
Un relato dulce y consolador, Encarni.
Un beso.

mariajesusparadela dijo...

Hay mucho de Galeano en esta preciosa historia.

Ana dijo...

muy original y bonito, lamentablemte en este mundo hay más pesadillas que sueños.

Quiero un sueño de colores.

Besicos y hasta mañana.

Eastriver dijo...

Qué sorpresa, Encarni. Porque el relato entra de lleno en ese mundo de las alegorías pero va más allá, a mi modo de ver, de los cuentecillos morales de autoayuda: es un cuento-metáfora-símbolo. Bien dibujado y mejor narrado. Creo que te sienta bien una cosa en literatura: despersonalizarte. Dejar de lado lo más emotivo y entrar en el relato puro. Ahí encuentras tu voz, que seguro que te sorprende a ti misma.

Unknown dijo...

QUE LINDA FORMA DE DESCRIBIR ESTOS SUEÑOS... me gustó mucho... la ciudad... todo... un manejo de la realidad entremezclada con los sueños... genial!
un beso!

Matices dijo...

Un tejedor de sueños de colores, miles de matices entrelazados para recuperar una capacidad que se debe conservar siempre porque es propia...

Me encantó, Lucia
Besos

Montserrat Sala dijo...

precioso y original relato Encarni.Estas buscando un estilo que te va muy bien, El absurdo. Ayer hable con una persona, que empezó a escribir en los blogs, se quedó sin trabajo por esta maldita crisis, y en estos momntetos escribe y tiene encargos.
Me gustaria tener una amiga escritora
Así que ya sabes, Aunque solo sea para contentarme.Besos.

Anónimo dijo...

Excelente texto que construye muy bien la alegoría. Enhorabuena, Brisa de Venus, tu escritura sigue perfeccionándose.

Anónimo dijo...

Jo...Eastriver ha hecho mi comentario y lo ha hecho mucho mejor de lo que yo lo haría...

Un beso, Encarni

Matices dijo...

Uff, perdona Encarni... que como vuestros blogs tienen un nombre similar me he equivocado y te he llamado Lucía...

Besos y disculpas!!

Anónimo dijo...

no soy agüelo ni padre...
aún así, me encantaría apropiarme de este texto tuyo y contárselo a un niño o niña pequeños...así, al calor de la noche, al calor d euna leve luminosodad que entrara por una ventana..me encantaría adoptar la voz adecuada, el tono óptimo y contarselo...
es una preciosidad de cuento...
medio beso.

casss dijo...

Tejes sueños y palabras con una habilitad a destacar. Tu relato tiene encanto y nos lleva de la mano a inventar sueños.
Qué mejor premio para un escritor?

besos ya abrazos mil!

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Los sueños no han de tener precio, han de ser libres , para que todo el mundo pueda disfrutar de ellos y ser felices.
Un abrazo

Maria Liberona dijo...

Mira que hermosa y bella historia de sueños has escrito, me la he imaginado completa y... me encanto una ciudad llena de sueños de mil colores en que cada uno de ellos y a su tiempo y dependiendo de cada persona se puede hacer realidad..

Anónimo dijo...

El mundo de los sueños que nos hacen vivir y alcanzar metas, aunque surrealistas, y ser mas fuertes e imaginativos...eso sin contar con los malos sueños que tambien padecemos...pero puestos en la balanza de la vida me quedo con la fantasía de lo mágico.

prometeo dijo...

Encarni, este relato me parece buenísimo en la forma y en su fondo. La frase con que empiezas, redonda. Tu afán de superación es encomiable y ver que lo consigues así de bien, nos alegra a todos. Sinceramente, te felicito.

Mercedes Pinto dijo...

Si no llega a ser por el tejeor, la Ciudad Azul hubiese muerto, no se puede sobrevivir sin soñar.
Un relato precioso.
Un abrazo y hasta pronto.

Esilleviana dijo...

Estoy de acuerdo con todos los comentaristas que me preceden: el texto es precioso. Me agrada la idea de pintar mi casa con mis sueños... ahora bien, no tengo claro de qué color lo teñiría. Tendré que prestar más atención la próxima vez que sueñe algo.

me gustó mucho Encarni.

un fuerte abrazo

NINA dijo...

Que colorido ha de ser ese lugar!!!

Me encantó tu relato!

Baci

Manuel dijo...

Pones en forma de relato lo que le ocurriria a la Humanidad si dejara de soñar. ¿No sera por casualidad la capacidad de soñar lo quenos hace diferentes?
Un beso

Utopazzo dijo...

Bonita tarea que por hacer, para que cada uno sea dueño de sus propios sueños. Yo (dando por seguro que lo primero es la salud, y la familia...), me sentiría satisfecho si mi sueño de ver esa bandera tricolor (la que hoy ondeaba por las calles de Jaén, en esa manifestación o pre-huelga general), se hiciese realidad más pronto que tarde.

Besos.

Liwk dijo...

Sería verdaderamente escalofriante que los sueños fuese la moneda de cambio, pero más terrorífico aún que algún día se terminaran los sueños.
Hay que pintar la ciudad de sueños más seguido y, si se puede, hay que soñar todos los días.
Un beso rezagado.

Juan Carlos Celorio dijo...

A ver si te gusta mi visión: los fabricantes de sueños eran la TV y el cine de alguna calidad y cerraron, dejaron de producir y no se emitían más que telebasura y películas para no pensar. Y entonces la gente de la ciudad pasó a otros mundos donde poder hacer sus contenidos a la medida de su imaginación.
Eso entiendo.
Un beso.

Wendy dijo...

Hola Encarni:
Justo bajo a dejaros el comentario, y veo esa Torre Eiffel, que protagoniza mi sueño, ese sueño que en breve, quiero hacer realidad, como los de tu relato ;)
Abrazos y café
Wendy

Ana dijo...

En una época de destrucción, de retroceso, eso de TEJER me parece una metáfora muy oportuna. Tejer es crear, construir, aunque sean sueños o precisamente por ser sueños ya son un impulso necesario para la acción.

Un besico.

María dijo...

Un bonito relato-


Un beso.

Anónimo dijo...

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