sábado, 28 de enero de 2012

EL REGALO


(Aportación al 2º encuentro con el grupo de Narrativa celebrado el 11 de enero de 2012)

A estas alturas de su vida se sentía como un viejo de cartón, rígido y áspero, igual a una caja de embalaje sin montar y vacía. Así se encontraba, plegado sobre sí mismo, desgastado y anciano, con los sueños arrugados en la piel. La vida comenzaba a tener sus límites, ahora, al extender sus brazos encontraba paredes en la punta de sus dedos, rugosas texturas que le marcaban un relieve de tinta negra. Había llegado a verse como un dibujo garabateado. Se levantó de la silla para dejarse acariciar por el aire de la calle. Al abrir la puerta, encontró a sus pies un paquete envuelto en papel de regalo. Sorprendido, miró en todas direcciones de su solitaria estancia. Deseaba ver a alguien, una persona sin más, le daba igual la edad, hombre o mujer, joven o viejo. Quería ver las manos que habían sujetado ese presente, recorrer los brazos hasta llegar a los ojos y quedarse con la mirada, le bastaba con eso, después, podría llevarse el obsequio, porque no le importaba. Quizá se hubiera atrevido a tocarle la mejilla para sentir la calidez, el leve rubor de la vida en ese rostro antes de marcharse. En cambio, un objeto inerme, engalanado con las mejores vestiduras esperaba paciente ante su puerta. Aguardaba silencioso ser recibido hacia el interior de la casa. El anciano esperó unos minutos con la mirada fija en el tamaño del objeto y trató de adivinar sin éxito quién cubriría con ese papel de fiesta un regalo semejante. También quiso imaginar el contenido, imaginó que al abrir la caja, sería engullido a otro mundo de ensueño y se convertiría en una hoja reseca que recorre paisajes con el aire que la sostiene; frágil hoja que casi se rompe al agacharse. Y tuvo miedo. Ya no recordaba como el miedo se hacía una bola en su estómago y golpeaba por todo su cuerpo, ese centro inflexible en el que se había convertido. Pero lejos de acusar pánico, pudo sonreír, se llevó la mano a la boca y palpó su sonrisa llegada de algún lugar misterioso, tenía esa certeza, porque había dilapidado la cuota de sonrisas que trajo al mundo y esta mueca en la cara le resultó extraña, pero la adoptó con naturalidad, gesto éste que le empujó a abrir el regalo sin más incertidumbre. Tras el ruido del papel se desvistió una caja de metal con letras mayúsculas que decía: ‘PAQUETE DE EMOCIONES’ Nivel Básico.



16 comentarios:

virgi dijo...

Espero que le llegue un buen pedazo de ternura, que el papel le suene a sonrisas, que la sorpresa le sea cálida y reconfortante.
Un abrazo

Montserrat Sala dijo...

A mí me gustaria mucho mas ofrecerlo que quedármelo. No hay placer igual. Así que hoy voy a regalarte, este este paquete, que contiene muchas cosas que te van a gustar. Lleva además una invitación para asistir al encuentro de blogueros, que tendrá lugar el 5 de Mayo en Barcelons.
empezamos A PENSAR EN ELLO. Un beso.

Ana dijo...

La emociones son lo que nos hacen sentir vivos, buenas o malas son lo que dan sentido a la vida, y la lucha porque los días no sean siempre grises. Precioso relato.

Javier. M. V. dijo...

Más allá del "paquete de emociones" me agradó mucho leer la descripción de la persona anciana al principio del texto.

Recibe un gran abrazo.

diego dijo...

Original el contenido del paquete, Brisa. Afortunadamente, yo aún no he gastado mi cuota de sonrisas, me quedan mogollón, y más de una se me escapan leyendo tus textos (en este caso, sonrisas tiernas) Felicidades a tu hija "treceañera" :)

San dijo...

Buen regalo ese para alguien que no supo vivir y mostrar sus emociones,llegó con libro de instrucciones así el camino le iba a ser más facil,aun quedaba tiempo, para comenzar el dibujo de una sonrisa, por algo se empieza.
Tierno abrazo Encarni.

José Vte. dijo...

Un paquete lleno de emocion. ¿Cuantas veces la magia de un regalo está en el suspense de no saber que hay dentro?
Es un bonito relato, lleno de ternura. La soledad y la falta de esperanza pueden ser tristes, incluso en la vejez hay que tener ilusión. Los pequeños detalles tambien son capaces de generarlos.

Un abrazo

yraya dijo...

Mucho sentimiento hay en tu relato.
Precioso!!!
Un abrazo

emejota dijo...

Precioso, pero no hace falta estar arrugado para recibir un paquetillo de esos. Lo mejor es tener la capacidad de seguir haciendo este tipo de regalos, como dice Monserrat. Bs.

nocheinfinita dijo...

Un relato lleno de emociones.
Cada vez que te leo, leo poesía, dulce poesía.

Un beso

lurdes dijo...

Hermoso regalo,"emociones"Todos deberíamos de recibir un paquete como ese alguna vez en la vida.Un abrazo

Esilleviana dijo...

Es cierto, siempre es una dulzura leerte y esperar como se desenvuelve el texto. Por un momento llegué a pensar que el contenido del obsequio era un pasaje para abandonar nuesta realidad... pero tu final es mucho más enriquecedor y original.

un abrazo amiga.

SEMA MIRANDA dijo...

Preciosa la narración.Un beso

Anónimo dijo...

Ufff!! maravilloso... emocionante! Aprendo mucho leyendo tus relatos Encarni, y me emociono al leer lo que se nos puede pasar por la imaginación y llegar a escribirlo tan suavemente, es precioso. Un beso. Suscribo el encuentro de Montserrat!

Felicitat,( Quiero deciros que hace muchos días que no publico y no puedo dejar comentarios, solamente puedo aveces en algunos blogs, ya lo vais viendo, tengo problemas con blogguer, creo que lo podré solucionar en poco. )

Ana dijo...

Primer objetivo del regalo ¡conseguido! Muy buen análisis, es increíble la cantidad de emociones (a veces contrapuestas) que se desatan a la hora de recibir un regalo, sobre todo para los que valoran lo emocional sobre lo material.

Un abrazo.

Tonet dijo...

Por Dios!!!! que hermoso!!!
A mí también me has hecho sonreir:)

Besitos