Toda la vida el hombre creando al hombre,
toda la vida moldeando el barro divino.
Toda la vida construyendo y reconstruyendo
la especie, para llamarnos humanos,
homínidos, hombres; para mirarnos y ocultarnos
bajo unos harapos y ser los elegidos del planeta.
Toda la vida trazando distancias,
con el mundo animal,
para dibujar super-yos en las paredes.
Toda la vida poniendo ladrillos
a un dios que bosteza detrás de un libro sagrado.
Toda una vida de evolución
para perfeccionar al hombre
y no hemos aprendido a ver el mundo
como un abanico de otros mundos.
Toda una vida de historia
que cuenta cómo los hombres
mean las esquinas
a pesar de ser casi dioses
frente al espejo.
Toda la vida marcando las fronteras en el alma
y ubicarlas en el centro
para marcar vallas imaginarias,
líneas que duermen en nuestra cama,
que al despertar serán como enormes telarañas.
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