SIN TECHO
Amanece sin reloj
la poca fortuna del invierno
que a sus pies se agitan sin abrigo.
Amanece.
Y otra vez el perro ladra
con su boca de pulgas.
Amanece sobre una cabeza
de cartón
y un cuerpo de papel
sin reciclar.
En la calle dormita
el ínfimo equipaje
que trajo a este mundo.
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