jueves, 28 de junio de 2012

Este Jueves, un relato: en los zapatos del otro




No. Nunca me gustaron  los zapatos de papá; tan rígidos, tan duros, tan  negros y grandes, que aquella vez  que me los probé, el tacón cuadrado  y compacto  hacía el ruido suficiente para que  sintiera miedo. Así que, ambos zapatos los escondía debajo de la cama, sobre todo para no verlos. Eran unos pequeños monstruos chivatos, porque me hacían daño cuando él  los buscaba  por todos los rincones de la casa.
 
En cambio los zapatos de mamá, casi me quedaban bien.  Estaban hechos de fantasía y colorido.  Yo  me subía a sus tacones y soñaba con ser mayor para colgarme de la luna y quizá pasear por alguna nube, quizá, por eso me ponía de puntillas o rellenaba de algodón su calzado.
  

Pero lo que de verdad me reconfortaba, era ponerme las zapatillas de casa de mi abuelo;   cálidas y flexibles que siempre me abrazaban los pies, cuando la vida   llegaba con ráfagas de aire frío y quería congelarme los sueños. 

De todos modos,   lo que me fascinaba, era caminar descalza. Todavía.

Más zapatos en el armario que tiene Gastón en su casa.

36 comentarios:

Eastriver dijo...

No conocía el llamado Blog oficial... Muy bueno el micro de los zapatos. Es un poco una metonimia: hablando de los zapatos defines a las personas que los llevaron, lo que significaron para ti, y el acomodo de sus vidas en tu vida, y en tus afectos.

Ana dijo...

Los zapatos de andar por casa son los mejores y descalza mucho mejor, y libre de los malos recuerdos.

BESICOS.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Inocente aproximación a la vida adulta...comenzando por el calzado, siguiendo por los sueños..

un abrazo

Natàlia Tàrraco dijo...

Encarni, nos calzas los calzados del recuerdo infantil, mala cosa ese zapato negro que da miedo, por algo sería, mejor el de mamá para ser mayor antes de tiempo, y sí, nada como las algodonosas zapatillas del abuelo, acogedoras, cálidas. Los zapatos dicen mucho, si pueran hablar, uf, no te digo.
Me ha encantado tu relato a modo de cuento, evocador de muchas sensaciones, te acompaño descalza que también es lo mío. Besito.

censurasigloXXI dijo...

Pues ya somos dos, compañera. Si puedo patear por casa sin zapatos me siento hasta mejor, pero tengo a uno que me cuida mucho y no me deja ser una pies negros, jajajaaa!

Un besito y un café.

mariajesusparadela dijo...

Zapatosy personas, interpretados por alguien a quien le gusta ir descalzo...

Anónimo dijo...

Parecen obedecer las descripciones zapateriles que nos dejas, una aproximación a los roles de tus mayores desde la óptica de tus mundo infantil. Autoridad y severidad paterna, proximidad, calidez, ternura materna, protección y un cierto grado de condescendencia y ganas de agradar por parte de tus abuelos. No dejan de ser arquetipos. Amante de la independencia, me agrada saber que prefieres andar descalza.
Un abrazo.

Gaby* dijo...

Las pantuflas del abuelo... ¿por qué serán tan tibias y queribles? Los abuelos tienen un encanto especial, al menos generalmente es así.
Me encantó el enlace de sentimientos y sensaciones que derivan del calzado de cada integrante de la familia; desde el respeto que impone la presencia del padre, hasta ese andar casi mágico que se desprende del andar de la madre. Muy buen enfoque! Me encanta la variedad que un solo tema puede despertarnos!
Besitos al vuelo:
Gaby*

emejota dijo...

Nada como la comodidad, sobre todo de niños y de viejos. El intermedio está para tontear un poco ;)
Por cierto, que he intentado entrar en el blog de Gastón, he dejado mi aviso de publicación, pero veo que no aparece, lo he intentado en tres ocasiones, será que no me apaño con su blog, pero que conste que lo he escrito.
Pues eso que te pido ayuda para que se lo comuniques de mi parte. Mi entrada juevera de esta semana es la siguiente.
http://sanzar-mjt.blogspot.com.es/2012/06/el-jueves-en-los-zapatos-del-otro.html
Gracias por adelantado querida mía y muchos bssss.

A vuelapluma dijo...

La unión de abuelo nieta es muy tierna, entiendo que con el podías ser tu y vivir tus sueños. Gracias por tu bienvenida a los Jueves. Un besazo guapa.

Montserrat Sala dijo...

Hola Encarni: Evocador y estupendo relato juevero. Muy fino hilas ultimamente, y te sienta muy bien.

Recibe todo mi cariño

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Cuanta razón tienes, como descalza nada. A mi en casa me gusta ir descalza y sentir el suelo en mis pies. Tienes razón, es lo mejor.
Un abrazo

Any dijo...

Los chicos y los viejos siempre se entienden; los abuelos son inolvidables para todos, los seguimos extrañando.
No es raro que esta mujer recuerde los zapatos de su abuelo, significan mucho mas que un pedazo de tela y goma.
Y andar descalzos! que placer!
un abrazo

Leonor dijo...

Un corto pero profundo microrelato. Los abuelos, tan amorosos, cobijo de tantas regañinas. Cada uno de nosotros tendrá su propio recuerdo de lo que sugieren los zapatos del padre, madre,abuelo,...en mi caso yo tengo muy buenos recuerdos de los de mi tía Isabel.
Un beso.

María José Moreno dijo...

Caminar descalza implica libertad, por lo menos así lo siento yo y las pantuflas del abuelo, cálidas muy cálidas serian ternura, los tacones de mama mi ideal y los zapatos de papa mi modelo.
Original forma de relatar.
Besos

tereoteo dijo...

Yo en casa siempre en calcetines o descalza y mis hijos igual,será eso de la libertad, cuándo te quitas los zapatos ufff! qué descanso...
Los zapatos representando a cada persona, dicen mucho de nosotros, mi madre siempre lo dice...
Un besito.

Alfredo dijo...

Delicioso Encarni, un paseo por tres pares de zapatos con entidad propia.
No elijo porque cada uno tiene su alma y su vida.

Besos

nocheinfinita dijo...

Hay zapatos que dan miedo, otros con los que se fantasea y luego están los cómodos, los que te dan calor.
Muy buen relato Encarni.

Un beso

rosa_desastre dijo...

Bonita coleccion de zapatos guardas en el trastero de la memoria, precioso eso de: "cuando la vida llegaba con ráfagas de aire frío y quería congelarme los sueños."
Me gustan los zapatos con las suelas gastadas por los sentimientos.
Besossssss

San dijo...

Zapatos con vida propia bajo la mirada de un niño. El tiempo borra y tizna los recuerdos de aquellos que hacen daño, lo que permanece es la calidez de los que cobijaron. Para uno pies que gustan ir descalzos estoy segura que es así.
Abrazo, nos vemos pronto.

Sindel Avefénix dijo...

Una maravillosa manera de llevarnos por esas personas a través de sus zapatos. Me hiciste volar y recordar mi infancia.
Me queda una ternura total después de leerte. Gracias!!!
Un abrazo enorme.

Luis dijo...

Muy tierno y fresco. Cada zapato configura un ser, les has dado un vuelo muy poético, en especial cuando llegas al final y hablas de la inocencia, refiriéndote al andar descalzo. Muy interesante aporte. Saludos desde Uruguay

Juan Carlos Celorio dijo...

Buena visión del tema, también coincido en esa visión infantil de los zapatos. Y en el agrado por ir descalzos.
Besos, amiga.

Cristina Piñar dijo...

Esa niña veía en los zapatos de cada miembro de su familia el reflejo de sus vidas y personalidades y aún hoy lo recuerda así. De todas formas, prefiere caminar descalza, sin ataduras, sin necesidad de meterse dentro de ninguno de ellos, y es que, ya se sabe, cada persona es un mundo y las comparaciones son odiosas (uy, yo y mis refranes y frasecitas varias) jeje. Me ha gustado mucho. Un beso.

Matices dijo...

Me encantó este recorrido tan familiar y tan íntimo que todos en nuestra infancia hemos realizado... Bonita manera de calzarnos en tus zapatos.

Besos!!!

Mariluz GH dijo...

Recuerdos que me llegan con tus zapatos :)

un abrazo

Unknown dijo...

me gustó el relato, un padre con una actitud amenazante, una mujer como ideal y un abuelo con la experiencia de la vida y la amabilidad que lo caracteriza... y andar deslcalzo, un placer muy bueno! me encantó! un beso!

diego dijo...

Tienes tooooda la razón del mundo: lo mejor es caminar descalzo, como hace el otro novio de mi novia, sin complejos ni temor a pisar cagarrios de perros. Cualquier día le imito, aunque yo vivo en Madrid (más cagadillas, chicles y escupitajos) y él en un pueblito costero. Todo se andará (descalzo, naturalmente)

Mamaceci dijo...

Me gustan Encarni esas emociones que evocas con mente infantil y que caben en sus zapatos. Parece como si se pudiera ver la vida desde abajo y se apreciara mejor,..mejor andar descalza sin dudas! Una delicia de relato!!
Te mando un gran beso

Manuel dijo...

Cada uno con la sensación que deja su propietario, bonitos recuerdos sobre todo el del abuelo.
Un beso

Lupe dijo...

Encarni, aún llego más tarde que tú. Luego, yo soy mas tardona ¿eh?

Me encantaría escribir así de bien, que con pocas frases dices...una jartá de cosas.

Lo del abuelo es precioso. Quizá porque yo no llegue a conocer a los míos, me ha llegado más.

Un fuerte abrazo.

Lupe

Esilleviana dijo...

Solo nos podríamos introducir en los zapatos de la familia, no se me habría ocurrido ponerme unos zapatos de un/una desconocido/a. Bonita historia E.

Un abrazo

tereoteo dijo...

Hola Encarni: Por tus maravillosos cortocircuitos tienes un premio para ti en mi blog. Puedes pasar a recogerlo si te apetece.
Un beso.

Tyrma dijo...

Hoy soy yo la que va de pelea con el reloj, intentando llegar a todos los rincones antes de...
Veo que te has calzado más de uno, sin problemas, como si todos estuvieran hechos para ti...te quedas con la calidez del abuelo, a mí también me pasaba.
Un beso, amiga.

Leonor dijo...

En mi blog hay un premio para tu blog.
Un abrazo.

Cristina Piñar dijo...

Esto es un mensaje para Encarni, la presidenta del Café de Palabras. ¡Tienes un premio en mi blog! Ahh, y aprovecho para comunicarte que también me he tomado la licencia de otorgárselo al blog común del grupo. Besos, guapa.