miércoles, 9 de marzo de 2011

2ª FASE


La huelga transcurría en sus primeros diez días; en los cuales se trataba de constituir cooperativas de organización, cuidados y limpieza formadas por mujeres. Marcos un tanto arrugado física y emocionalmente decide que debe tener una conversación con María, su esposa. Una larga y seria conversación. Llegó a su casa, subió dos tramos de escaleras y caminó hasta la habitación del fondo; la cual servía de trastero, ahora ocupada por su mujer. Antes de entrar, se imaginó a María envuelta en una bata blanca manchada de colores, con el pincel entre sus manos. En la última semana, después de sus reuniones y concentraciones, se encerraba en su habitación y evitaba comunicarse con él. Pero hoy hablaría con ella. Empujó la puerta, expulsó un saludo áspero y seco. Su esposa le recibió con indiferencia y continuó con su labor.

-¿Qué es lo que estas pintando desde hace días?

- Algo que necesitaba pintar hacia tiempo –le confesó abiertamente - Mi libertad.

El hombre se acercó al lienzo, frunció el entrecejo y dijo:

- Yo sólo veo colores, colores apelmazados, uno sobre otro. Yo no entiendo de arte pero...

- ¿Pero? ¿Pero qué? –Abandonó el pincel y retiró con un paño restos de pintura de su mano izquierda- Es mi libertad la que trato de plasmar y la libertad es algo privado, intimo diría yo, es algo que se siente, que se vive, que se ve. Es complicado definir la libertad con palabras, que tengo que buscar un ejemplo –miró hacia el suelo y dio un par de pasos hacia delante- un ejemplo que nos sirva a los dos. Mira, me siento libre porque dispongo de todo este tiempo para mí, para crear mi existencia, para pintar esta libertad que empieza conmigo, desde aquí, desde dentro. Porque este espacio me pertenece y nadie lo puede alterar. Nadie nos enseñó a tener tiempo, a gastarlo en soledad o en compañía, pero gastarlo siendo dueñas de nuestro tiempo. Alguien puso en marcha el reloj; desde entonces somos esclavas de los minutos, de los segundos. El tiempo nos atrapa y hay tanto que hacer. Existe un horario para cada cosa, cada cosa sus minutos, vas de acá para allá y luego cuando te quedas sola, no sabes que hacer con el tiempo, entonces queda un enorme espacio que se convierte en vacío. Yo trato de llenar ese vacío, esta vida que es la mía y construirme de tiempo, y salir de la nada, y pintar esta libertad con todos los colores que por otra parte serán la llave que abra puertas y ventanas que miren hacia fuera.

Marcos juntó las manos como si rezará y se las llevó a los labios.

- ¿Has visto cómo llevo la ropa María? – junta los pies y ahora separa ambas manos deslizándolas por el cuerpo – Tú perdiendo el tiempo con... con chorradas y yo abandonado como un perro. Llevas diez días sin hacer nada, ¡nada!. Sería mejor decir que no hacéis nada. Ir al supermercado se ha convertido en un acto de supervivencia, no hay ninguna mujer, no sé como os las arregláis, pero no hay ninguna. Las latas de comida es lo primero que se agota, después los precocinados y por ultimo los congelados. Ayer estuve peleándome con otro tío por una lata de fabada, la ultima que quedaba, tu sabes que odio la fa-ba-da y era lo único para comer ese día. –Ahora Marcos pasea nervioso de un lado a otro- Las conversaciones han dejado de ser meras narraciones catastróficas. A un compañero que se le inunda la casa a causa del lavavajillas, otro no acude a trabajo a su hora por que no tiene con quien dejar a los hijos, el vecino de enfrente tuvo que quedarse en el hospital con su padre. ¡El fútbol! ¡El fútbol apenas se puede ver! Porque siempre hay algo que hacer. Esta huelga irracional debe terminar ya.

María abandonó su pincel, miró fijamente a Marcos y le preguntó si sabia lo que era la plusvalía afectiva. A lo que Marcos puso cara de circunstancias.

- Pues mira, te lo voy a explicar. ¿Qué es el afecto si no una manifestación del amor? La ecuación en bien sencilla, por amor cuido a mis hijos, por amor cuido a mis enfermos, por amor cuido a mi marido, por amor cuido a mis padres, por amor cuido mi casa y todo lo que hay dentro. Eso es la plusvalía afectiva, cariño.

- Como debe ser. Ha sido así y seguirá siendo así.

Ahora es María la que camina alrededor de su esposo.

-Cuando era niña, tenía un amigo con el que jugaba con frecuencia. Un día, le pregunté si a él, le gustaría ser una chica, y él me contestó que no, porque las chicas trabajan más: tienen que cocinar, limpiar, fregar, lavar, tener niños y todas esas cosas que las mujeres “deben” hacer. Teníamos 6 años y él tenía muy claro que nunca haría ese trabajo. Desde entonces me pregunto ¿quién decidió nuestras obligaciones?

Marcos intentó esquivar la pregunta, dando afirmaciones algo arcaicas como que la naturaleza dotó a las mujeres de cualidades propias del género femenino Después sacó un pitillo y se marcho, dejando un rastro de humo. María cogió su pincel y algo distraída continuó pintando.

10 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

¿quién decidió que era nuestro trabajo? A veces nosotras.
¿quién les permite decir, ante nuestra obra (pictórica o escrita) que es "una chorrada"?
Nosotras no decimos que el fútbol es una chorrada, sus revistas son una chorrada y sus programas de la tele son una chorrada. Podemos "compartir chorradas". Pero "tenemos" que compartir el trabajo de la casa.
Y "reeducarlos".
Muchos ya comparten. Muchísimos, cada vez más. Sin necesidad de huelgas feroces, pero si hay que probar, pongámonos de acuerdo, y hagámoslo.

Encarni dijo...

Mª Jesús este relato en cuatro fases lo escribí hace cuatro o cinco años, la idea está siempre presente a pesar del tiempo. Es cierto que las cosas están cambiando muy lentamente, pero lo hacen. Yo quedo asombrada ante algunos de mis hermanos que decían que nuncan harían ciertos trabajos domésticos y ahora lo hacen porque no les queda más remedio porque sus mujeres trabajan.

Pero todavía quedan muchas cosas por hacer.
La idea de hacer una huelga en el relato y después cómo se resolvía era un reto. También lo hice para tener la posibilidad de reflexionar sobre el tema.
Todavía quedan dos partes más. La verdad es que como ando tan apurada de tiempo los saqué al blog para actualizar y ver que os parecía.
Estaré un tiempo muy ocupada y os abandonaré pero os visitaré de vez en cuando.

José Vte. dijo...

La verdad es que éste Marcos es un poco zopenco, la cuestión es que hay muchos Marcos en el mundo aun.
Yo quiero pensar que no soy así, yo espero no ser así, yo sé que no soy así. (Y cada vez somos más los que sabemos que no somos así).

A ver como se resuelve, que yo tengo curiosidad.

Un abrazo

virgi dijo...

Muy original, me tienes intrigada en cómo puede seguir y cómo resolverlo.
De veras me ha encantado.
Sigo a María, tiene todo mi apoyo, veamos.
Un fuerte abrazo

Anónimo dijo...

El dialogo es necesario, no llegar a estos extremos---
LA EDUCACIÓNDE LOS HIJOS...
compartir y enseñar a compartir...
Reclamar nuestro tiempo y nuestro espacio...
Poco a poco se irá al punto adecuado.

nocheinfinita dijo...

María sigue pintando su libertad, cada día la tiene más cerca... y Marcos se deberá ir acostumbrando a la fabada.

Me encanta esta huelga general.

Un beso.

noche

Tonet dijo...

Siempre he tenido claro que aquí "o jugamos todos o se pincha la pelota". Pero debemos tener fe en la educación y que las madres de hoy no se dejen llevar por las madres de "ayer".

Un modo muy original de tratar el tema cielo. Me encantó¡¡¡¡¡

Besito linda :)

Esilleviana dijo...

Tu forma de escribir sorprende y engancha. Al terminar de leer pensé en Lisístrata, en el que las mujeres declaran una huelga de sexo hasta que los hombres firmen la paz.

Es una entrada muy dura, porque explicas todas las tareas que nos asignan a las mujeres solo por el hecho de nacer con este sexo y de cómo los hombres asumen qué debe ser así y no se pueden cambiar las tradiciones. Esperemos que poco a poco, esta realidad comience a cambiar.

un saludo.

prometeo dijo...

¿Huelga irracional? ¡Pero si más racional que ésta, ninguna!
Seguiremos el desenlace, Encarni.

huelga irracional .... lo que hay que oír ....

Ana dijo...

Encarni, supongo que los educan, a ellos, para ser dependientes, en casi todo, en algunos casos con consecuencias más que trágicas...y nos educan, a nosotras, para sentirnos responsables de esa dependencia.

Cuídate, un beso.