Cuando las postales navideñas ya no circulan por el correo habitual, cada año en mi buzón recibo una postal de Karmina, algo que me alegra enormemente y me emociona. La primera vez que la vi, me sorprendió ver que desde sus ojos se podía ver el mar, que su tez morena es una orilla donde asomarse y ver lo verde que a veces se pintan las olas en su mirada.
Confieso que la conozco poco, un día hace algunos años le dije que la adoptaría, tal vez porque ella no tenía familia o tal vez porque por un periodo de tiempo cuidó de mi hermana y automáticamente la ubiqué en ese lugar. Fue un tiempo extraño aquel, en el cual cruzar la vida suponía grandes tragos de realidad sin adornos y sin colores pastel que dulcificara lo que a veces puedellegar a doler la verdad. Y ella supo entonces de todo aquello, ella estuvo allí, es por eso que siempre estará aquí y sus postales son cada año ese lazo que viaja con el tiempo y con el espacio, quizá un puente que se eleva cuando su letra nos otorga buenos deseos.
Ella no quiere perder del todo la niña que fue y trata de protegerla sin que se note, de una forma sutil casi imperceptible, pero aunque todo esto pertenece a su intimidad, a veces intenta no parecerlo y es cuando la sorprendes con ese gesto dulce de su mirada.
Hoy es su cumpleaños y creo que por muchos años que cumpla su mirada no tendrá edad.
¡¡¡Feliz Cumpleaños Karmi!!!!
Un montón de besos de nuestra parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario