jueves, 14 de noviembre de 2013

Hoja de reclamaciones



El silencio que procedía de las calles no era un toque de queda. Cuando se perdió la costumbre de reunirse   y la soledad se extendió por todos los hogares, la amistad quedó privatizada. Desde entonces el acompañamiento comenzó a costar dinero. Las nuevas empresas emergentes facturaban el cariño como gasto extraordinario. Desconozco qué precio tiene un  bofetón, pero pagaré y  pediré la hoja de reclamaciones a la empresa por este servicio cuando solicite su compañía.

8 comentarios:

Mark de Zabaleta dijo...

Lo has expresado perfectamente...


Saludos
Mark de Zabaleta

Montserrat Sala dijo...

Hola! cada dia más concreta i más concisa. pero yo también pienso que lo bueno y breve dos veces bueno. Y en esto ers una verdadera maestra.
Besotes.

mariajesusparadela dijo...

Si el bofetón es bueno te será imposible reclamar.
También en la E.M. avisaban "las reclamaciones al maestro armero": nunca le llegó ninguna.

censurasigloXXI dijo...

Pues no has descrito más que la realidad porque todo eso ya existe... bueno, lo de la torta creo que todavía no :)))

UN abrazo, compi.

Mar dijo...

A este paso hasta las amistades se van a privatizar ¿hasta donde vamos a llegar? :)

Bss-

San dijo...

Pues ya lo que nos quedaba, que hasta el amor se privatice, o la amistad...!faltaria más!.
Besos.

MAMÉ VALDÉS dijo...

¿Realmente existimos? O somos invento de la red.... un saludo.

rosa_desastre dijo...

Pues... me ha recorrido un frio por la espalda al leerte, por si la realidad y la ficción lleguen a igualarse.
Un beso